lunes, junio 18, 2012

La santidad en la Lima virreinal. Todos los textos de la exposición de la Biblioteca Nacional del Perú

Les comparto el texto completo del guión de la exposición que todo peruano debería visitar, tanto por los textos como por las ilustraciones y, sobre todo, por la calidad de los libros –los primeros sobre las vidas de nuestros santos- que se muestran en las vitrinas. De lunes a viernes de 9 a.m. a 8 p.m., sábados de 9 a.m. a 13 h, hasta el 2 de agosto.

El día 18 de junio, he vuelto a visitarla con los alumnos de la Facultad de Teología que llevan el curso “Trascendencia y actualidad de Santo Toribio Mogrovejo. El contexto de su acción evangelizadora”

Gracias a la OFICINA DE IMAGEN INSTITUCIONAL Y EXTENSIÓN CULTURAL. Biblioteca Nacional del Perú. http://www.bnp.gob.pe/portalbnp/

T. 513-6900 (7182)

La santidad en la Lima virreinal

 

Lima -la ciudad de los Reyes- fue fundada por el conquistador español Francisco Pizarro el 18 de enero de 1535. A menos de cien años de existencia, en 1630 su población había crecido a 40,000 habitantes. Para entonces, como decía el franciscano criollo fray Buenaventura de Salinas y Córdoba, Lima tenía “unas 40 iglesias y capillas” que anualmente “ofrecían al cielo 300,000” misas, y entre dominicos, franciscanos, agustinos, mercedarios, jesuitas, clérigos y monjas enclaustradas, más del 10% de la población vestía el hábito religioso. Unos lustros después, en 1683 el sevillano Antonio de Montalvo -biógrafo de santo Toribio de Mogrovejo-, aseguraba que la gran Ciudad de los Reyes - capital del virreinato más grande y opulento del Nuevo Mundo- era la viva imagen de la Jerusalén Celestial descrita en el Apocalipsis “y bien puede presumirse piadosamente que la diseñó Dios para que la fundasen los españoles por cabeza de las nuevas tierras, y nuevos cielos, que se descubrieron y conquistaron”.

Ya para estas fechas habían beatificado a santa Rosa de Lima (1668), a san Francisco Solano (1675) y al propio santo Toribio de Mogrovejo, (1679) y en la Santa Congregación de los Ritos en Roma se ventilaban “tantas causas de siervos de Dios de Lima, y del Perú, que sólo de sus nombres se podía formar una letanía limana”. Otras canonizaciones llegarían mucho después como la de san Juan Macías (1585-1645), beatificado en 1837 y canonizado en 1975, o la del célebre lego mulato fray Martín de Porras (1579-1639), beatificado en 1837 y canonizado hace tan solo cincuenta años, el 6 de mayo de 1962 y cuyo aniversario aquí celebramos. Unos procesos de beatificación quedaron truncos como el del indio chiclayano Nicolás de Ayllón (1632-1677), cuyo culto se extendió a Tlaxcala en Nueva España donde era venerado por la nobleza indígena. Otros expedientes de beatificación aún no culminan. Tales son los casos del fraile mercedario fray Pedro Urraca cuyo proceso se inició en 1657 y recién fue declarado Venerable en 1981 por el Pontífice Juan Pablo II, o el del místico jesuita Francisco del Castillo (1615- 1673) que sigue abierto. Para los cronistas conventuales criollos la alabanza a las grandezas y glorias arquitectónicas e intelectuales en la Ciudad de los Reyes articuló la primera etapa del pensamiento patriótico criollista. A finales del siglo XVI, el fraile dominico fray Francisco de la Cruz -quemado vivo por el Santo Oficio de Lima en 1578- aseguró que Lima no sólo competía con Roma en su grandeza, sino que la sustituiría como la nueva sede o capital espiritual de todo el orbe católico.

Las Vidas o hagiografías de los santos limeños -al igual que la Leyenda aurea medieval de Jacobo de la Vorágine o del Flos sanctórum del jesuita Pedro de Ribadeneyra- no eran, estrictamente hablando, biografías históricas. Su finalidad era deleitar e instruir –delectare et docere- a los fieles de la Iglesia. Los santos eran los “testigos” de Dios que seguían un Camino de Perfección interior por citar a santa Teresa de Jesús; un sendero espiritual labrado con oraciones y la práctica continua de Ejercicios Espirituales que encaminaban a los sentidos cognoscitivos del alma a su perfecta unión con Dios. En este “desposorio místico” el alma no perdía su identidad, del mismo modo “que el hierro metido en la fragua conserva la naturaleza de hierro y toma solamente las propiedades del fuego”.

En una carta redactada de su puño y letra, Santa Rosa de Lima le describe a uno de sus confesores sus “heridas de amor”. Las representa en un dibujo como un corazón alado y “transverberado” por continuos dardos invisibles que lo hieren ontológicamente haciéndolo cautivo, preso o prisionero de su amor. Jesús es aquí el embriagador “cazador oculto” dentro de su propio corazón. Santa Rosa apunta: “Corazón atravesado con rayo de amor de Dios […] herido con flecha de amor divino. Halle al que amaba mi alma: téngole y no lo dejare […] o dulce martirio que con arpón de fuego me ha herido. Purifícate, corazón, recibe centella de amor puro para amar a tu Creador. Desata, Señor, el nudo que me detiene […]. Arrobo, embriaguez en la bodega, secretos de amor divino. ¡Oh dichosa unión, abrazo estrecho con Dios!”

Los santos limeños fueron un producto directo de la Contra-Reforma española y de los dictámenes del Concilio de Trento (1545-1563), difundidos en Lima desde el III Concilio Limense (1582-1583). Aquí se fijaron las pautas contra la herejía protestante y se reguló la reforma de la vida católica. La obligación de los fieles era defender con espíritu militante la pureza doctrinal de la Iglesia y practicar la imitación de Cristo a través del ascetismo, la contemplación y el servicio a su comunidad. Pero las Vidas, milagros y visiones sobrenaturales de los santos limeños son como “textos” que deben ser analizados en su “contexto” y le sirven al historiador empírico para plantear una constelación de preguntas: ¿por qué fue la Ciudad de los Reyes el lugar donde apareció el mayor número de santos de todas las ciudades virreinales del Nuevo Mundo? ¿Cómo se incorporó al criollo, al mestizo, al indio y al negro al modelo virreinal de santidad? ¿De qué manera y en qué grado estos grupos étnicos fomentaron el culto a sus santos patronos? ¿Existió una relación/oposición entre la espiritualidad urbana limeña y la difícil evangelización militante en el Ande, que incluyó en las zonas rurales violentas campañas de extirpación de idolatrías indígenas? ¿Qué papel desempeñó la Inquisición de Lima en promocionar a los santos ortodoxos tridentinos a costa de reprimir a los falsos profetas, visionarios y místicos que utilizaron sus pretendidos carismas sobrenaturales para legitimar reivindicaciones sociales, étnicas y políticas?

En esta exhibición documental se reúnen por primera vez un gran número de hagiografías de los santos limeños virreinales, así como los sermonarios y Relaciones de sus fiestas de beatificación y canonización. Su objetivo: proporcionarle al investigador fuentes primarias que le permitan responder algunas de estas interrogantes y trazar nuevos derroteros de estudio.

Ramón Mujica Pinilla

Director Nacional

Biblioteca Nacional del Perú

 

 

 

 

Santa Rosa de Lima

A pesar de su corta vida, santa Rosa de Lima (1586-1617) fue la primera santa americana beatificada en 1668. Fue declarada en 1670 por dispensa papal y, como caso excepcional, Patrona de Lima, de los reinos del Perú, y Patrona universal y principal de toda la América y dominios de España, antes de su canonización (1671). Es recordada por sus cruentas mortificaciones corporales que seguían el modelo de santidad de la Iglesia primitiva y la Edad Media: su oración en aislamiento en una ermita diminuta -cinco pies de largo por cuatro de ancho y seis de alto- en la huerta de su casa, imitaba a los Padres del Desierto, la corona de plata con espinas que llevaba oculta sobre la cabeza tenía por modelo la usada por santa Catalina de Siena (1347-1380), la piedra que usaba por almohada y su cama de barbacoas – alusivo al madero de la cruz de Cristo-, era como la de san Francisco de Asís (m.1226); la gruesa cadena que llevaba al cinto remedaba la del místico alemán san Enrique Susón (1295-1366) y sus ayunos maratónicos los tomó del madrileño Gregorio López (1542-1596), el primer anacoreta de Indias que murió en Nueva España.

Este anacoretismo cristiano no le impidió a la santa limeña desarrollar un misticismo sacramentalista centrado en la contemplación estática del mundo natural. Conversaba con las aves, estudiaba el cielo estrellado y contemplaba al Creador en el santuario de su Creación. También utilizó el vocabulario místico nupcial de santa Teresa de Jesús (1515-1582), a quien habría conocido a través del doctor Juan del Castillo, comentarista del opus teresiano y médico seglar de la Inquisición de Lima que en 1614 sometió a la limeña a un riguroso “examen de conciencia”. El acontecimiento culminante en la vida de santa Rosa fueron sus “desposorios místicos” en la Iglesia de santo Domingo de Lima. El domingo de Ramos de 1617, mientras le rezaba a la efigie del Niño Jesús en brazos de la Virgen del Rosario, esta talla cobró vida sobrenatural y el Niño le dijo: “Rosa de mi corazón, se mi esposa”. Este será el evento más representado por los pintores virreinales y europeos como el máximo emblema de la renovada espiritualidad criolla americana. El universo visionario rosista se caracterizó por dos rasgos principales. Resaltaba el rol de la mujer como protagonista predestinada para reformar a la Iglesia en el Nuevo Mundo. Y, utilizó un sofisticado imaginario profético andino – su visión del Cristo Cantero- para anunciar la consolidación de una iglesia mestiza en vías de construcción.

Según algunas fuentes documentales, santa Rosa no fue criolla –hija de español y limeña-, sino mestiza o descendiente por parte de sus abuelos maternos, de indígenas puros de Huánuco. Esto explicaría por qué en el siglo XVIII, durante el así llamado “movimiento nacional inca” del Cusco, la nobleza indígena le atribuyó a santa Rosa el retorno mesiánico de un Inca católico que refundaría el Tawantinsuyo. Para los criollos ella fue el máximo símbolo de santidad y por ello durante el Congreso Independentista de Tucumán (1816), santa Rosa fue declarada Patrona de la Independencia americana.

 

 

 Cincuenta años de la canonización de San Martín de Porres

Martín de Porres nació en los primeros días de diciembre de 1579. Era hijo ilegítimo del caballero español Juan de Porres y de la esclava liberta Ana Velásquez; dos años después, sus padres tuvieron a Juana, una mulata de piel clara. Apenas niños, ambos hermanos fueron llevados por su padre a Guayaquil, para que recibieran una mejor educación en casa de un pariente suyo. Sin embargo, Martín regresó a Lima, donde fue confiado a doña Isabel García Michel por Juan de Porres. En su adolescencia, el santo aprendió el oficio de boticario y sangrador en la casa de Mateo Pastor. En 1594, ingresó como donado en el convento de Nuestra Señora del Rosario, el más grande de la Orden de Santo Domingo existente en la ciudad. En 1603 profesó los votos perpetuos como hermano dominico, dedicándose al servicio de la enfermería. Ejercitó su inmensa caridad con enfermos y menesterosos, curándolos y alimentándolos. Al mismo tiempo, se relacionó con los estamentos más elevados de la sociedad virreinal; fue amigo del arzobispo de Lima, Fernando Arias de Ugarte, y curó milagrosamente a Feliciano de la Vega, obispo electo de México.  Eran famosos sus raptos místicos, y varios testigos afirmaron que en esas circunstancias llegaba a elevarse del suelo. Pero quizá una de las facetas más conocidas de su personalidad fue su amor por todos los seres de la creación: al famoso milagro de hacer reunido a perro, pericote y gato, deben sumársele sus numerosas curaciones a animales de todo tipo, testificadas por sus contemporáneos. El santo falleció en el Convento del Rosario el 3 de noviembre de 1639, y su entierro fue multitudinario. Sin embargo, fue beatificado casi dos siglos después, por el papa Clemente XVI. Su canonización recién llegaría de manos de Juan XVIII, quien lo proclamó santo el 20 de marzo de 1962, hace cincuenta años.

 

Nicolás Ayllón (1632 -1677)

Nació en Chiclayo, y de niño queda bajo la protección del fraile franciscano Juan de Ayllón, quien lo lleva consigo al trasladarse al convento de la orden en Lima. En la capital virreinal, Nicolás decide buscar un oficio, y entra como aprendiz en la tienda de un sastre. Con su trabajo no solo realiza diversas obras de caridad, sino además logra reunir un capital importante. A los veinticuatro años se casa con la mestiza Jacinta Montoya, con la que tuvo dos hijos y vive una existencia piadosa. Nicolás compra una casa con la intención de instalar a su familia y abrir  a la vez un beaterio de doncellas españolas pobres, bajo la advocación de Jesús María y José. Posteriormente, el solar servirá de sede al monasterio de monjas capuchinas  del mismo nombre, aún existente. Ayllón falleció en Lima, el 7 de noviembre de 1677. Rápidamente se convirtió en un símbolo de identidad para la nobleza indígenas, y llegó a ser venerado incluso por los caciques de Tlaxcala (México). En 1683 se abre el proceso para demostrar sus virtudes, y un año después se publica en Madrid su primera hagiografía, escrita por Bernardo Sartolo. Sin embargo, pese al inicial apoyo de la corona, la causa no prospera por las presiones ejercidas por la Inquisición limeña, que prohíbe la circulación del libro de Sartolo en  1696.

 

Francisco del Castillo (1615 – 1673)

Nacido en Lima, a los dieciséis años ingresó al noviciado delos jesuitas. En 1642 es ordenado sacerdote, destacando por sus dotes oratorias. Así, todos los domingos acostumbraba impartir sermones en la plazuela del Baratillo (ubicada en el actual distrito del Rímac). Fue amigo cercano del místico Antonio Ruiz de Montoya, hermano de la Compañía, quien escribió para él un método de oración: Sílex del Amor Divino. Al finalizar la década de 1650, Castillo se hizo cargo de la pequeña Capilla de Nuestra Señora de los Desamparados, ubicada en lo que es hoy el jardín posterior de Palacio de Gobierno. Con el patrocinio del virrey Pedro Fernández de Castro, conde de Lemos, el jesuita transforma esta pequeña edificación en una iglesia, la cual fue bendecida en 1672. Su caridad lo llevaría también a fundar una Casa de Amparadas, refugio para meretrices. Castillo inició la tradicional costumbre del Sermón de las Siete Palabras. Falleció en Lima en 1673.

 

Santo Toribio de Mogrovejo (1538-1606)

Nacido en Mayorga, Toribio de Mogrovejo se erige como la figura emblemática del perfecto prelado virreinal. Luego de realizar brillante carrera eclesiástica en España, donde llegó a asumir el cargo de Gran Inquisidor, en 1579 es nombrado Arzobispo de Lima por el papa Gregorio XIII. Dos años después llega a la capital virreinal y toma posesión de su cargo eclesiástico, destacándose inmediatamente por sus virtudes cristianas. Preocupado por la protección y correcta evangelización de los indígenas, el santo convocó al III Concilio Limense, celebrado entre 1582 y 1583, al cual asistieron los obispos de Cuzco, Santiago de Chile, La Imperial, Paraguay, Quito, Charcas (actual Sucre) y Tucumán, así como delegados de diócesis vecina Allí se acordó la redacción de un único catecismo en castellano, quechua y aymara, a fin de impedir que se enseñasen  errores doctrinales entre los indígenas. Su espíritu emprendedor lo llevó además  a iniciar, en 1584, una primera visita a su extensa arquidiócesis, recorriendo a lo largo de casi seis años la sierra norte del Perú. Realizará otras dos visitas pastorales en 1593 y 1605, la última de las cuales fue interrumpida por su muerte, que acaeció en Zaña (Lambayeque), en marzo de 1606.Según la tradición, en 1597 confirmó a Santa Rosa de Lima a su paso por el pueblo de Quives (Canta). El papa Inocencio XI lo declaró beato en 1679, lo que generó exaltadas demostraciones de orgullo criollo, ya que este hecho fue considerado como una demostración de la excelencia espiritual de la capital del virreinato. Así, un año después, Lima celebró espléndidas fiestas en su honor,relatadas por Francisco de Echave y Assu en La estrella de Lima convertida en sol sobre sus tres coronas (Amberes, Juan Bautista Verdussen, 1684).

 

San Juan Masías (1585 – 1645)

Hijo de una familia de pastores, Juan Masías nació en Ribera del Fresno, en España. Desde un inicio, su vida pareció destinada a la santidad. Huérfano a temprana edad, fue criado por un tío que lo dedicó al pastoreo. Mientras se dedicaba a esta labor, recibe  la visita  de un niño que le revela ser San Juan Bautista, y le anuncia un futuro viaje a tierras lejanas. Ya mayor,viaja a Cartagena de Indias al servicio de un mercader. Luego se dirigió hacia el sur para llegar finalmente a Lima;  toma los hábitos dominicos en la Recolección de Santa María Magdalena  de esta ciudad (actual Iglesia de la Recoleta) en 1622. Allí se ocupó de la portería hasta su muerte, acaecida más de dos décadas después, en 1645. Ofrendaba a Dios numerosas penitencias, ayunos y oraciones a cambio de la salvación de las ánimas del purgatorio.Como Martín de Porres -de quien era amigo-, el santo se destacaba por su profunda humildad y sencillez.  Fue famoso por sus consejos espirituales, solicitados por los distintos estamentos de la sociedad limeña, desde los mendigos hasta el propio virrey. Juan Masías cultivó además una ardientecaridad,y se dedicaba a repartir diariamente alimentos a los menesterosos. Sus numerosos milagros llevarían a Clemente XIII a declararlo venerable en 1763. Fue beatificado por Gregorio XVI en 1837. Paulo VI lo elevaría  a los altaresen 1975.

 

San Francisco Solano (1549 – 1610)

Natural de Montilla (España), San Francisco Solano es también conocido como el “Taumaturgo del Nuevo Mundo”, por la enorme cantidad de milagros que se le atribuyen. A los veinte años toma el sayal franciscano e ingresaal convento de esta orden religiosa en su ciudad. En 1589 partehacia el Tucumán con el grupo de misioneros de la orden que acompaña afray Baltazar Navarro, nombrado comisario de aquella Provincia franciscana. Al dirigirse desde Panamá hacia Lima, frente a la isla de la Gorgona (actual Colombia), el barco en el que viajaba encalla y se parte en dos. El santo y varios de los tripulantes logran salvarse, pero permanecen casi dos meses en la isla hasta ser rescatados. Solano llega a Lima al año siguiente, para partir desde allí hacia el Tucumán, un extenso territorio en el que se dedicaron esforzadamente a la evangelización de los indígenas.  Su persuasiva prédica generó numerosas conversiones entre los nativos. De hecho, los poderes de su oratoria se evidenciaron aún más con el retorno del santo a Lima, cuando asume el cargo de guardián de la Recolección de Nuestra Señora de los Ángeles, en 1601. Tres años después, uno de sus sermones produjo el pánico colectivo de la ciudad: mientras numerosas personas abandonaban su vida en pecado, multitudes atiborraron los templos por el temor de haber provocado la ira divina. Solano falleció en el Convento de San Francisco de Lima, el 14 de julio de 1610. Su culto fue promovido tempranamente por los criollos limeños: apenas cuatro años después se publicó su primera hagiografía en Madrid, escrita por Fray Jerónimo de Oré. Fue beatificado por Clemente XI en 1675. En 1726, Benedicto XIII lo proclama santo; sus fiestas se celebraron en Lima el año siguiente

 

CRONOLOGÍA SANTA

1532

El fraile dominico Vicente de Valverde llega al Perú acompañando a las huestes de Francisco Pizarro. Casi al mismo tiempo, se integran a la expedición algunos frailes franciscanos y mercedarios.

 

1537

Se crea el Obispado del Cuzco, el primero de América del Sur.Asumirá la diócesis fray Vicente de Valverde, hasta su muerte en Puná acaecida cuatro años después.

 

1538

En Mayorga, nace Santo Toribio de Mogrovejo.

 

1547

Se crea la Arquidiócesis de Lima, nombrándose como su primer arzobispo al dominico fray Jerónimo de Loayza.

 

1549

San Francisco Solano nace en Montilla.

 

1551

Carlos I de España y V de Alemania funda oficialmente la Universidad de San Marcos. Su primer rector fue el fraile dominico Tomás de San Martín. El arzobispo Jerónimo de Loayza da inicio al I Concilio Limense, en el que se debaten los métodos de evangelización a los indígenas.Los primeros frailes agustinos se instalan en el Perú, fundándose la Provincia de Nuestra Señora de la Gracia del Perú.

 

1560

Doña Mencía de Sosa funda el Monasterio de la Encarnación, el primero de la Lima virreinal.

 

1567

El arzobispo Jerónimo de Loayza preside el II Concilio Limense, que amplía las constituciones dictadas en el primero.

 

1568

Llegan los primeros jesuitas al Perú bajo la protección del virrey Francisco de Toledo. Un año después, el rey Felipe II crea la filial limeña del Santo Oficio de la Inquisición,

 

1571

Es asesinado en Vilcabamba el Protomártir del Perú, el agustino fray Diego Ortiz. Este religioso español había llegado al Perú en 1550, como parte de la primera expedición de frailes agustinos enviada a estas tierras. Desarrolló una intensa labor misional en las selvas cuzqueñas bajo la protección del inca Titu Cusi Yupanqui, refugiado en la región. A la muerte del último, los indígenas exigieron a Ortiz que invocase a su Dios para que lo resucitase, y luego torturaron al fraile hasta matarlo.

 

1579

En diciembre, nace el “Santo mulato” Martín de Porres Velásquez, hijo del español Juan de Porres y la esclava liberta Juana Velásquez.

 

1581

Santo Toribio de Mogrovejoasume el arzobispado de Lima y se instala en la capital virreinal.

 

1583

Pedro Urraca García, futuro predicador mercedario, nace en Jadraque, España. Concluye el III Concilio limense, convocado por Santo Toribio de Mogrovejo el año anterior.

 

1584

Se inicia la primera visita pastoralde Santo Toribio de Mogrovejo. En ella recorrió la sierra norte del Perú, llegando hasta Chachapoyas y Moyobamba. Retornará a Lima 6 años después.

 

1585

En marzo nace San Juan Masías en Ribera del Fresno y, tres meses Antonio Ruiz de Montoya en Lima, místico jesuita que será famoso por su labor misional en el Paraguay.

 

1586

A fines de abril nace Isabel Flores de Lima, futura Santa Rosa de Lima, hija del arcabucero Gaspar Flores y de María de Oliva, ambos criollos.

 

1589

Como parte de una expedición de misioneros franciscanos, San Francisco Solano abandona España rumbo al Tucumán. Antes de llegar a su destino pasará por Lima.

 

1591

Santo Toribio celebra el IV Concilio Limense.

 

1593

Segunda visita pastoral de Santo Toribio de Mogrovejo, en la que recorrerá la costa norte del Perú. Culmina cuatro años después.

 

1594

San Martín de Porres ingresa como donado en el Convento grande de la Orden Dominica en Lima. Se recogen informaciones para abrir un expediente de canonización a Diego Ortiz.

 

1595

San Francisco Solano retorna a Lima.

 

1597

En mayo, nace el jesuita limeño Juan de Alloza, quien destacará por sus escritos doctrinales y su devoción a la Virgen María.

 

1601

Se celebra el V Concilio Limense.

 

1604

En noviembre, nace Úrsula de Jesús, religiosa clarisa que será famosa por sus visiones místicas. Era hija del español Juan de Castilla y la esclavaIsabel de los Ríos.

 

1606

Muerte de Santo Toribio de Mogrovejo en Zaña (Lambayeque), el mes de marzo. Un año antes había dado inicio a su tercera visita pastoral. Ruiz de Montoya ingresa al noviciado de la Compañía de Jesús. Poco después parte como misionero hacia el Paraguay.

 

1608

Convertido en novicio mercedario, Fray Pedro Urraca llega a Lima y se instala en el convento de la orden.

 

1610

San Francisco Solano muere en Lima, el 14 de julio.

 

1614

El virrey don Juan de Mendoza y Luna, marqués de Montesclaros, ordena la realización de un censo en Lima que, de un total de 25,154 habitantes, arroja 894 religiosos y 826 religiosas.

 

1615

En julio, ante el posible desembarco del corsario holandés Jorge Spilbergenen el Callao, Santa Rosa implora a Dios que proteja Lima. Spilbergen desiste de su intento. Un año después, Úrsula de Jesús ingresa al Monasterio de Santa Clara como esclava.

 

1617

El domingo de Ramos, frente a la imagen de la Virgen del Rosario de Lima, se producen los famosos desposorios de Santa Rosa con el Niño Jesús. La santa muere el 28 de agosto, a los 31 años de edad.

 

1618

El 27 de enero muere el portugués fray Gonzalo Díaz de Amarante en el convento mercedario del Callao. Juan de Alloza ingresa en el noviciado de la Compañía de Jesús.

 

1619

El mes de febrero, nace el jesuita limeño Francisco del Castillo, conocido predicador limeño que iniciaría la costumbre del Sermón de las Siete Palabras.

 

 

1622

San Juan Masías ingresa, como hermano dominico, en la Recolección de Santa María Magdalena. Un año después toma los votos perpetuos.

 

1629

En octubre, nace Francisco Camacho en Jerez de la Frontera.

 

1632

Nace el sastre indígena Nicolás Ayllón en Chiclayo, a inicios de marzo.Casado con María Jacinta Montoya, Ayllón se consagrará a Dios junto con su esposa, dedicándose a las obras de caridad con huérfanos y mujeres indigentes. Años después, el solar de su casa servirá de sede al Monasterio de Jesús, María y José, de monjas capuchinas.

 

1635

Francisco del Castillo ingresa al noviciado de la Compañía de Jesús

 

1637

Antonio Ruiz de Montoya parte a España para gestionar la protección del rey Felipe IV a los misioneros jesuitas activos en el Paraguay.

 

1639

Muere San Martín de Porres en Lima, el 3 de noviembre. Hacia el año siguiente Nicolás Ayllón llega a Lima, e ingresa como aprendiz en un taller de sastrería.

 

1643

Ruiz de Montoya retorna a Lima.

 

1645

Muere Fray Juan Masías en la capital virreinal, el 16 de septiembre.

 

1646

En junio nace la beata guayaquileñaAntonia Lucía Maldonado Verdugo, luego conocida como Antonia Lucía del Espíritu Santo, fundadora de las Nazarenas Descalzas. A la muerte de su padre, ocurrida unos años después, se trasladará con su madre a Lima.

 

1652

Muere en Lima Antonio Ruiz de Montoya, el 11 de abril.

 

1655

Nace en Pacaraos, en enero, el jesuita Alonso Messía, conocido por instaurar el sermón de las tres horas.

 

1657

El 7 de agosto muere Fray Pedro Urraca en el convento mercedario de Lima.

 

1663

Francisco Camacho toma los hábitos en el convento limeño de la Orden de San Juan de Dios.

 

1666

En Lima, mueren Úrsula de Jesús y Juan de Alloza.

 

1668

Rosa de Lima es beatificada por el papa Clemente IX. Dos años después llega a Lima una escultura de mármol de la beata obsequiada por el Papa y realizada por MelchioreCaffá, que es transportada en andas por las damas limeñas desde el Callao hasta Lima

 

1671

El papa Clemente X canoniza a Rosa y la proclama Patrona de América, Filipinas y las Indias Occidentales. La nobleza limeña residente en la corte de Madrid costea las fiestas en su honor, celebradas en el Convento de Santo Domingo el Real.Asimismo se realizan homenajes en la capital del virreinato peruano.

 

1673

En Lima, muere Francisco del Castillo, el 11 de abril.

 

1677

Nicolás Ayllón fallece en Lima el 7 de noviembre.

 

1679

El papa Inocencio XI beatifica a Toribio de Mogrovejo. Un año después, Lima celebra fiestas en honor del santo.

 

1681.

Antonia Lucía Maldonado funda un beaterio en el Callao a la muerte de su esposo, Alonso Quintanilla, casa espiritual que tendrá que cerrar poco después.

 

1698

Nace en Castilmimbre, España, el padre camilo Martín de Andrés Pérez. Francisco Camacho muere en Lima, el 23 de diciembre.

 

1700

Un censo en Lima arroja un total de 37,259 habitantes, de los cuales 3,856 mujeres vivían en clausura y 2,155 hombres en comunidades religiosas. El monasterio más habitado era el de la Encarnación, con 1,041 personas. Los dominicos eran la orden masculina con más integrantes, 428 personas repartidas en cuatro conventos. Existían además 276 mujeres en beaterios.

 

1702

Sebastián de Antuñano dona a Antonia del Espíritu Santo un terreno en la zona de Pachacamilla, para que instale un beaterio y se dedique al culto de la efigie del Santo Cristo de los Milagros.

 

1709

El 17 de agosto, muere Antonia Lucía del Espíritu Santoen la capital virreinal.

 

1711

Luis Antonio de Oviedo y Herrera, Conde de la Granja, publica en Madrid su poema épico Vida de la esclarecida virgen Santa Rosa de Lima.

 

1726

El papa Benedicto XIII canoniza a Santo Toribio de Mogrovejo y beatifica a Francisco Solano. Un año después se celebran fiestas en Lima.

 

1732

Fallece el padre Messía en Lima, el 5 de enero.

 

1737

Encabezando un grupo de padres camilos, llega a Lima Martín de Andrés Pérez con la intención de fundar una casa de la Orden en la ciudad.

 

1746

El 28 de octubre, un violento terremoto destruye gran parte de Lima, y es seguido por un tsunami que arrasa el puerto del Callao. Se populariza la devoción al Señor de los Milagros

 

1763

El Papa Clemente XIII declara venerable a fray Juan Masías.

 

1767

El rey Carlos III decreta la expulsión de los jesuitas de todos los dominios españoles. La orden llega a Lima en septiembre y es ejecutada por el virrey Manuel de Amat.

 

1770

En Lima, fallece Martín de Andrés Pérez el 15 de agosto.

 

1772

El arzobispo Diego Antonio de Parada celebra el VI Concilio Limense. Pese a las presiones del virrey Manuel de Amat, el pleno se abstiene de condenar el Probabilismo, vinculado con los jesuitas expulsos. Según esta doctrina, frente a una duda de orden moral, el individuo puede elegir apoyado en una opinión probable, incluso si la posición contraria es aún más probable.

 

1790

Se lleva a cabo un censo general en el virreinato, que arroja un total de 49,443 habitantes, de los cuales 1,392 vivían en conventos masculinos y 1585 mujeres en monasterios de monjas. Residían en la ciudad además 310 beatas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

lunes, junio 11, 2012

UN ÓRGANO TUBULAR PARA EL GREGORIANO DE LOS ANDES EN HUANCAVELICA

Mons. Demetrio Molloy, a quien deben muchísimo en el Seminario Menor y en la Diócesis de Huancavelica,  está hospitalizado en la Clínica Tezza. Ofrece todos sus sufrimientos por la Iglesia. Es un ejemplo de pastor fiel.  Fue el gran traductor del quechua al castellano. Algunas fotos enviadas por el P. Carlos. ¡Vamos a movernos para conseguir el Órgano! Oración y acción

JAB

 

El Gregoriano de los Andes necesita de un órgano tubular para perfeccionarse

Entrevista con el padre López, formador del seminario menor de la diócesis de Huancavelica

Por José Antonio Varela Vidal

ROMA, domingo 10 junio 2012 (ZENIT.org).- La historia de esta entrevista comenzó gracias a la música, específicamente a la música sacra. Nuestro entrevistado, el presbítero Carlos López Bonifacio, escribió a ZENIT después de leer la columna litúrgica en la que se abordó el tema de uso del órgano tubular. Él trabaja como formador de uno de los seminarios menores que aún existen en el mundo, donde estudian 150 niños en edad escolar y que ha dado a la Iglesia local 36 presbíteros, durante sus 28 años de existencia.

El padre Carlos tiene a su cargo la formación musical de los pequeños, quienes con sus dotes naturales con el canto y su precoz acercamiento a la música sacra, interpretan y deleitan --también en eventos abiertos al público--, con lo que hoy se reconoce como el “Gregoriano de los Andes”, en palabras del obispo emérito irlandés Demetrio Molloy, quien fundara el seminario y revitalizara décadas atrás esta porción del pueblo de Dios que vive, celebra y canta en ocasiones, a cerca de 5.000 metros de altura…

La diócesis aguarda con expectativa e ilusión poder adquirir muy pronto un órgano tubular para el seminario menor, que permita complementar la formación musical de los niños y preparar, sin duda, a una nueva generación de organistas para las parroquias y templos. Con este propósito, el padre Carlos invita a los lectores a colaborar.

¿Cómo surge la idea de abrir un Seminario Menor en la diócesis de Huancavelica?

--P. Carlos: Surge hace veintiocho años, cuando monseñor Demetrio Molloy, misionero irlandés, al asumir la diócesis se encuentra con un panorama pastoral muy difícil: gran extensión de la diócesis y diecisiete sacerdotes (casi todos mayores). Él, con algunos misioneros españoles, se empeñaron en fomentar vocaciones nativas pero conseguían muy poco pues la pobreza material de la gente --este sigue siendo el departamento más pobre del Perú, y un ambiente convulsivo por el terrorismo de aquel momento, que por desgracia se inculcaba abiertamente ya en los colegios donde no había clases de religión--, eran un gran obstáculo a sus esfuerzos. Por eso ven la necesidad de promover el plan vocacional desde más abajo, con los niños que comenzaban sus estudios secundarios. Así surgió este Seminario Menor “San Juan María Vianney”, cuyos frutos no tardaron en llegar en medio de aquella tempestad que precisamente necesitaba de Dios. En los veintiocho años de funcionamiento somos treinta y seis los sacerdotes que hemos descubierto nuestra vocación aquí.

¿Qué beneficios viene trayendo el seminario menor para los niños, sus familias y para la Iglesia local?

--P. Carlos: Viene trayendo grandes beneficios. El principal es la promoción de las vocaciones sacerdotales pero, como no todos son llamados al sacerdocio, todos tienen la oportunidad de recibir una mejor educación integral. El 60% de nuestros alumnos provienen de comunidades campesinas quechuas donde las deficiencias materiales, académicas y afectivas son casi absolutas. Aquí descubren un ambiente totalmente novedoso y confortable (con comedor, biblioteca, habitaciones, sala de música, etcétera), que suple las carencias de sus familias y eleva el nivel académico de nuestro medio, tal como lo demuestran cientos de exalumnos, hoy ya profesionales, que han pasado por aquí. Muchos padres de familia desean que sus hijos estudien en este seminario, especialmente los catequistas rurales. Estos son agentes pastorales líderes en sus comunidades campesinas, cuyo testimonio de vida es muy edificante para todos. Un seminarista me contó que su padre catequista solía llevarle a Misa todos los domingos y para eso tenía que andar cinco horas por las montañas hasta llegar a la parroquia, luego volvían felices a su casa. Hoy varios hijos de catequistas son jóvenes sacerdotes que trabajan en el seminario, atienden las parroquias o son profesores de teología y filosofía en el Seminario Mayor. Así han inyectado en la Diócesis un espíritu vivificante.

¿Cuáles son las características de la educación que allí se imparte?

--P. Carlos: Este Seminario Menor es también un colegio privado donde priorizamos la formación humana, espiritual, artística e intelectual. El régimen de internado facilita muchísimo el aprovechamiento del tiempo y posibilita una convivencia fraterna y ordenada en la que se pueden adquirir las virtudes necesarias en todo sacerdote: sinceridad, obediencia, responsabilidad, castidad, etc. Aquí los niños aprenden a valorar la vida en gracia y a luchar contra el pecado mediante la confesión y la dirección espiritual semanal, descubren al Señor en la Santa Misa y en las oraciones litúrgicas diarias. En estos oficios el canto sagrado es un poderoso recurso para alimentar nuestro espíritu. En cuanto a la formación intelectual se enseña a servir a Dios y al prójimo con el estudio serio.

¿Cuántos son los niños y quiénes están a cargo de ellos? ¿Cómo son sus horarios?

--P. Carlos: Como nuestras instalaciones son limitadas, tenemos ciento cincuenta alumnos entre los diferentes cursos académicos. Estamos a cargo de ellos tres sacerdotes: un rector y dos formadores; otros dos sacerdotes apoyan con la dirección espiritual y confesiones a tiempo parcial pues tienen también otros encargos. Los profesores son laicos y la administración de la cocina la llevan las Hijas de Santa María del Corazón de Jesús.

Cada día los seminaristas se levantan a las 6 de la mañana y después del aseo personal tienen una charla de formación por 30 minutos, para luego participar en la Santa Misa. Limpian toda la casa, desayunan y van a clases de 8.30 a 13 horas. Luego comen, visitan brevemente al Santísimo, limpian nuevamente el seminario, rezan el rosario y otra vez van a clases de las 14.30 a las 16. Un momento muy esperado es el deporte en el que predomina el fútbol. Después de la cena a las 19 horas, tienen un momento de estudio, hacen la lectio divina, rezan las oraciones de la noche y a las 21.30 todos se acuestan. Como es lógico, los sábados y domingos el horario difiere: se tienen paseos largos, competencias deportivas, cantos, recitales de música, entre otras actividades. Los domingos suelen visitar a sus familias.

¿Cómo es la formación artística que reciben? ¿Qué tipo de música se interpreta con ellos?

--P. Carlos: Principalmente cultivamos el arte musical porque monseñor Molloy quiso que todos tuviesen esa oportunidad, y porque descubrió que el niño andino tiene una sensibilidad especial para ello. Nuestro principio es que todos los niños tienen talento musical, únicamente es preciso motivarlos y acompañarlos en su progreso.

Diariamente los niños escuchan melodías populares, sacras y clásicas que luego ejecutan en sus instrumentos, a la par que aprenden a leer partituras. Los pequeños imitan pronto a los mayores y despiertan así su interés musical. Esto se potencia con los recitales mensuales que tienen en el auditorio municipal donde interpretan los temas aprendidos en la flauta, piano y violín. La Banda de músicos del seminario también tiene un prestigio ganado.

Teniendo en cuenta que el canto sagrado no es un adorno marginal sino una necesidad litúrgica, procuramos que los niños también cultiven especialmente, según decía monseñor Demetrio, “El Gregoriano de los Andes”, bellos y piadosos cantos en el idioma de los incas cultivados por los primeros misioneros y que perduran hasta hoy.

¿El seminario cuenta con todas las facilidades para cumplir con sus objetivos?

--P. Carlos: El objetivo principal, la promoción vocacional, lo estamos consiguiendo cada año aunque siempre nos parece quedarnos cortos. Procuramos contar con lo que tenemos pero el afán de superación nos crea aún metas más altas. No obstante, el materialismo y hedonismo imperante en el ambiente exterior que afecta también a nuestros seminaristas, es una dificultad cada vez mayor que antes no había. Con todo seguimos siendo bendecidos cada año con varias vocaciones sacerdotales. Esos muchachos ingresan a nuestro Seminario Mayor diocesano donde realizan sus estudios eclesiásticos y se preparan para recibir la ordenación sacerdotal.

¿Cuáles son las necesidades principales que tienen los formadores y el señor obispo para llevar adelante este seminario menor?

--P. Carlos: La necesidad económica sigue siendo importante aun cuando social y económicamente se viene mejorando. De hecho funcionamos con ayudas de España sin las cuales no podríamos subsistir. Nuestros muchachos, procedentes por lo general de familias numerosas y campesinas, no ignoran en absoluto la deuda enorme que adquieren con los bienhechores e intentan corresponder aprovechando mejor la formación recibida y rezando por ellos. Esta es una dificultad cuya solución sólo lo entienden personas de vida cristiana, ya que es más difícil conseguir becas para los seminaristas que para proyectos sociales, aunque a la larga el apoyo al seminario es el mejor proyecto social invertido.

Cuéntenos de Huancavelica, de sus características como departamento del Perú, los números que tienen como diócesis...

--P. Carlos: Huancavelica es un departamento del Perú enclavado de los Andes Peruanos, que tiene pueblos entre los 2.500 y 5.000 metros de altitud, con un clima frío y seco. En el Virreinato fue importante y rico por las minas, pero esa prosperidad inicial ya se perdió. Actualmente, es el departamento más pobre del Perú tal como lo demuestran los índices de mortalidad infantil (29 por cada mil niños); desnutrición crónica infantil (53,6%); analfabetismo (77,9%); bajo índice de desarrollo humano (0.49); pobreza extrema de sus pobladores (72%), entre otros datos.

Como diócesis, creada en 1944, tiene una extensión de 22.000 Km2, con una población de 485.000 habitantes. Los cuarenta y dos sacerdotes, casi todos jóvenes, no nos damos abasto con los 1.627 pueblos rurales (a cada uno nos toca entre ochenta o cien pueblos), y nuestras carreteras de tierra no favorecen la comunicación. Hay nueve comunidades religiosas con vocaciones florecientes y contamos con un Instituto Pedagógico para formar a los profesores de religión. Tenemos un hogar para ancianos abandonados y seis comedores populares que alimentan diariamente a dos mil niños pobres. Cáritas desarrolla importantes trabajos de proyectos auto-sostenibles en el campo.

¿Cómo es el acceso a la educación de las niñas en Huancavelica?

--P. Carlos: Son realidades distintas las niñas de la ciudad y las del campo. En la zona rural son alarmantes los índices de analfabetismo femenino (44,5%). No es que no haya escuelas sino que, debido principalmente a la idiosincrasia que se va superando, las niñas no suelen acudir al colegio por dedicarse a la chacra o al cuidado del ganado. No obstante, cada vez son menos las niñas que no van a clases. Cuestión aparte es la preparación profesional de los maestros y las dificultades económicas que tienen. Las comunidades religiosas poseen, según sus posibilidades, hogares de acogida y formación para niñas siempre según su carisma propio. Algunas de esas niñas han venido formándose también en el arte musical gracias a pequeñas ayudas.

¿Quisiera usted hacer algún llamado a los lectores de ZENIT?

--P. Carlos: Quisiera pedirles oraciones por esta diócesis escondida entre imponentes montañas. Solo ella hará que venzamos las dificultades pastorales que tenemos, y seguirá suscitando muchas vocaciones para Huancavelica y para la Iglesia.

De momento quisiéramos que algún lector con el corazón generoso nos ayude a lograr un sueño en beneficio de la formación de nuestros seminaristas: quisiéramos tener un órgano con sonido de tubos, instrumento muy recomendado para la liturgia. Así formaremos también organistas para nuestras parroquias. La música expresa lo que las palabras ya no pueden hacer y es necesario ofrecérselo a Dios, que tanta bondad tiene con nosotros. Es la herencia de nuestro obispo emérito a quien apreciamos mucho los huancavelicanos.

También aprovecho para agradecer el testimonio sacerdotal de los misioneros españoles que hemos visto desde cuando éramos seminaristas menores. Ahora nos toca a los sacerdotes nativos seguir adelante con el seminario menor y con la Diócesis. Nuestra oración y gratitud también a ZENIT por esta oportunidad maravillosa.

 

P. Carlos López Bonifacio: : carlosperu33@gmail.com

Facebook: Carlos López Bonifacio 

Skype: carlosperu33

Padre Carlos López se le puede escribir al correo electrónico:

Casa:0051 067454287

Móvil: 0051 986714958

Huancavelica está localiza aquí:

<http://maps.google.com/maps?f=q&q=-12.781520,-74.987076> Ubicación desconocida

 

En Dólares: $ BCP (Bando de Crédito del Perú)

Titular: Diócesis Obispado Huancavelica

Nº de cuenta interbancaria: 002 350 111744114571

Dirección Girón Virrey Toledo 0383

SWIT: BCPLPEPL

 

 

AUTÉNTICO RETRATO DE SANTO TORIBIO MOGROVEJO. Colección Barbosa-Stern (Años 1630-1650)

 

El Centro Fundación Telefónica, en asociación con el Museo de Arte de Lima, presentó hace cinco años –en 2007-  “Devociones: Santos y santuarios en los Andes coloniales”, exposición que resalta la importancia de las imágenes de culto y de los santos locales como símbolos de identidad regional o étnica en el virreinato peruano. Esta muestra ha sido curada por Luis Eduardo Wuffarden y Ricardo Kusunoki La muestra presenta una visión sobre los roles que cumplían las imágenes y los santos, más allá de su función devota, como elementos integradores en una sociedad heterogénea y, a la vez, subraya el valor que tenían estas representaciones religiosas para los intelectuales criollos de la época en su afán de argumentar la igualdad de América con el Viejo Continente. De esta manera, se buscaba construir una identidad y cultura propias, distintas a las de la metrópoli, pero igualmente importantes. “Devociones: Santos y santuarios en los Andes coloniales” reúne obras de arte en varios soportes (entre ellos, representativos lienzos de la escuela cuzqueña, medallones de peregrinos, retablos y videos documentales) que nos hablan de la interrelación entre las diversas manifestaciones culturales en el virreinato del Perú. La exposición gira en torno a dos ejes que confluían en una sociedad tradicional: la religión y la identidad o sentido de pertenencia a un grupo. Esta exposición también se distingue por contar con un paisaje interactivo que consiste en un modelo en 3D que emula la catedral del Cuzco. Aquí, el público podrá visitar virtualmente este importante monumento arquitectónico, recorrer minuciosamente todos sus pasajes y acercarse a diversos detalles como cuadros y bóvedas. http://www.fundaciontelefonica.org.pe/novedad.asp?id_nota=540

 

 

Destacamos un extraordinario retrato de Santo Toribio. Se trata de un óleo sobre tabla, 119 x 94,5 cm de la Colección Barbosa-Stern, del Museo de Arte de Lima y que sería pintado entre 1630 y 1650. Como se indica en la nota de la exposición “es uno de los más antiguos retratos que se conocen de él. Aunque no fue realizado en vida del Prelado, seguramente deriva de alguna antigua efigie tomada “del natural” que habría servido de modelo al pintor limeño. Ello explica la ausencia de una aureola alrededor de la cabeza del personaje o de cualquier referencia a su condición de santo que sólo sería reconocida por la iglesia muchos más tarde” (1678 la beatificación y 1726 la canonización). El P. G. Leguía me informa que el cuadro se rescató de una “limpieza” de una primera capa de pintura de otra imagen de Santo Toribio y que fue descubierta a través de la prueba de Rayos X.  

 

Conferencia Los Fondos Coloniales del Archivo Historico de la Sociedad de Beneficencia de Lima Metropolitana

LOS FONDOS COLONIALES DEL ARCHIVO DOCUMENTAL
DE LA SOCIEDAD DE BENEFICENCIA DE LIMA METROPOLITANA

Expositores
Dr. Jesús A. Cosamalón Aguilar
Lic. Kelly Montoya Estrada

Viernes 15 de Junio a las 6:00 p.m.
Jr. Carabaya Nº 641, Lima

Las Fundaciones, Hospicios, Hospitales, Cofradías, Patronatos cumplieron en la Colonia y hasta la primera mitad del siglo XIX un importante papel religioso, social y económico. Por ejemplo, las cofradías brindaban un medio de ayuda espiritual a los diversos grupos sociales de la ciudad de Lima, tales como españoles, indios y esclavos negros. Por medio de esta institución celebraban al santo de su elección y se aseguraban un entierro adecuado. Los hospitales, administrados por órdenes religiosas, ofrecían atención médica a los diferentes grupos, generando una documentación muy valiosa que conserva la Beneficencia desde que asumió la dirección de estas instituciones.

Para administrar los bienes de estas instituciones la Beneficencia reunió y organizó la documentación correspondiente, preservándola de su destrucción y pérdida. Los fondos conservados actualmente son resultado de este esfuerzo, los cuales han sido inventariados y catalogados en su sección colonial con el financiamiento de la British Library por medio del proyecto Endangered Archives Programme (2009) y la Dirección de Gestión de la Investigación de la PUCP.

En esta oportunidad presentaremos los lineamientos generales del proyecto y se ofrecerá una descripción de los fondos conservados y su importancia como legado histórico documental para la ciudad de Lima.




Confirmar su asistencia al teléfono 427-3707

domingo, junio 03, 2012

CHACHAPOYAS Y SANTO TORIBIO

Algunos datos sobre la presencia de Santo Toribio en Chachapoyas:

 

  1. Yana yaco es un centro arqueológico de Chachapoyas que recuerda el paso del infatigable arzobispo andarín Toribio Mogrovejo por el 1598. Así nos lo ofrece una tosca lápida de piedra junto a la fuente milagro­sa atribuida a la acción del Santo, con un borroso grabado en el que figura una cruz, la mitra y el cayado de pastor.

 

  1. GARCÍA IRIGOYEN, C. Santo Toribio...Las fiestas centenarias. 2t Librería Sant Pedro Lima 1908 .Los dos tomos se refieren al III Centenario: Tomo I

 

Se menciona que en el pueblo de Quinjalca se venera también al Santo y se conserva una casulla que dejó en beneficio de dicha iglesia. En Jalca Grande se le venera con especial devoción y fiesta anual. Lugares visitados por el santo hay muchos. De que quede constancia en el recuerdo de los pueblos prácticamente ninguno. Sí hay uno que tiene particular significación y el es pueblo de Yambrasbamba, donde celebró uno de los sínodos diocesanos. Para ir y venir haría falta un día entero. También se puede visitar Yanayacu, donde están adecentando el entorno del pozo.

 

  1. MENCIONES DE CHACHA EN EL DIARIO Y PROCESO

Primera Visita: (1584-1591) Chachapoyas: Hizo el descenso girando hacia el Oeste, adentrándose en los valles del Amazonas. El 16 de marzo de 1587 escribe desde Chachapoyas, cursando al Rey una petición para las iglesias de Chachapoyas, Moyobamba y León de Huánuco. El 13 de marzo de 1589 recibe una carta Memorial del Vicario de Chachapoyas sobre las necesidades de las iglesias de la ciudad.         Reanuda la visita y, desde Lima, en febrero de 1589 visitó fugazmente la provincia de Trujillo. El 13 de marzo de 1589 sabemos que está en Andajes, Ancash, provincia de Cajatambo. Allí está al menos hasta el 17 de abril. El 16 de febrero de 1590 lo tenemos en Trujillo de nuevo por poco tiempo pues debe presentarse en octubre de 1590 en Lima, para el concilio provincial de 1591.En estos años, recorrió 11.000 kilómetros dejando su vajilla de plata como limosna en alguno de los poblados andinos y, lo más importante, con riesgo de su vida por las dificultades que tuvo que sortear.

El cuarto sínodo tuvo lugar en Santiago de Yambrasbamba, provincia de Chachapoyas (Amazonas) en septiembre de 1586. ; La constitución 19 prohibía a los corregidores intervenir en causas de idolatría y la 20 que no lleven impuestos a los indios. “Yo, Luis Pérez, clérigo diácono secretario del Ilmo. Sr. Arzobispo de Los Reyes, mi señor, doy fe y verdadero testimonio a los que vieren el presente, como en el pueblo de Santiago de Yaurasbamba provincia de los Pacallas, término y jurisdicción de los Chachapoyas, domingo 7 de septiembre, víspera de la Natividad de Nuestra Señora de este presente año de la data de este testimonio, en la Iglesia de este dicho pueblo, estando mucha gente en él congregado así de españoles como de indios leí y publiqué en alta e inteligible voz este sínodo diocesano y constituciones en él contenidas todo de verbo ad verbum, como en él se contiene. Toribius archiepiscopus de Los Reyes

 

Segunda Visita: (1593-1598). La segunda gira la realiza desde 1593 a 1598. Recorre 7.500 kilómetros visitando las regiones de Ancash -cerca de Chavín-, Trujillo, Lambayeque, Cajamarca, Chachapoyas, Moyobamba. La inicia el 7 de julio de 1593, en la doctrina de Carabayllo, hacia el kilómetro 32, hoy englobada en Lima Norte y en la diócesis del mismo nombre de Carabayllo. De aquí se dirige hacia Aucallama, en el valle de Chancay, Palpa y Huaral, para continuar por Huacho y Huaura. El 24 de julio está ya en Totopón, junto al río de la Fortaleza o Pativilca, de donde continúa a Cajacay. De aquí pasa al Callejón de Huaylas, se desvía a Casma y, por la costa, se dirige al norte hasta Jayanca. Vuelve hacia Pacasmayo, sube a Cajamarca, y de allí por Pallasca penetra en Huaylas llegando a Llamellín en febrero de 1595. Varía de rumbo, pasa a Chachapoyas para volver a Huamachuco y ascender de nuevo a Cajamarca y Chachapoyas en 1597. [314v] [r] De Vuldebuhio tomó su señoría en ¿litera?  Chachapoyas para tener allí la consagración del óleo que hay 50 leguas y más de mal camino el cual anduvo su señoría en 8 días y de Chachapoyas fue a visitar la doctrina de Cheto; de Chachapoyas a Cheto 4,5, 808, 5 De Cheto a Moyobamba 6 de Moyobamba [r] 2”

[161v] Y en la dicha doctrina de Utcubamba, que está junto a Chachapoyas, hay las estancias siguientes: la estancia de Andrés de Aguilar, tiene un indio y hortelanos.

La estancia de doña Inés Fleyre, tiene hortelanos y dos Tributarios casados, con un hijo, que son 6 personas. La estancia y trapiche de don Juan de Guevara tiene 7 Tributarios casados y dos viejos, uno viudo y otro casado que son por todas ánimas 17. La estancia de Ana Mego tiene quince ánimas en ella. La estancia y huerta de Melchor Ruiz tiene un indio tributario y cuatro ánimas. La estancia de Agustín de Orduña tiene dos Tributarios casados; que son por todas siete personas. La estancia de Juan Pinedo tiene un indio tributario casado que son por todas ánimas 8. La estancia de los indios yungas libres en Quillillic tiene dos indios que hay ánimas 4. Estas estancias las aplicó SU SEÑORÍA al cura de los yanaconas de Chachapoyas.

 

Justo dos años antes de finalizar el siglo XVI, en 1598, a los 18 años de hacerse cargo de la iglesia de Lima, Mogrovejo envía una “relación y memorial” al Papa en el que da cumplida información de su labor, así como un retrato fidedigno de su dilatada arquidiócesis con cinco “villas” (Ica, Cañete, Chancay, Santa y Saña) y cuatro “ciudades” (Trujillo, Huánuco, Chachapoyas y Moyobamba).

 

  1. TAYLOR, G. “Santo Toribio de Mogrovejo en el país de los Chachapoyas” Identidades  Lima, Año 1, número 8, 6 de mayo de 2002, 4-5

Para los campesinos de las diferentes comunidades andinas el Santo aparece con un bastón de plata que le permite realizar milagros y lo hace ingresar en el linaje directo de los héroes culturales andinos como Viracocha del sur o de los ancestros fundadores de linajes como Manco Cápac, munido de un bastón de otro. Según la leyenda la misión fundamental de Toribio, aparte de la conversión al cristianismo, fue la “reducción2 de las tribus belicosas a comunidades organizadas a la manera de las aldeas españolas. En el Alto Imaza, donde él había concentrado en la aldea de Olleros una población originaria del bosque amazónico, no pudo impedir a una parte de los habitantes retornar regularmente a sus tierras de origen donde seguían los ritos paganos. Cansado de soportar el problema hizo surgir la cordillera oriental de los Andes que separó para siempre a los cristianos (los que permanecieron en las reducciones) de los chunchos o jíbaros aguarunas paganos. Parte de la población de los Olleros se habría desplazado hacia otro centro del Alto Imaza, Diosán, donde cohabita hoy en día con una comunidad originaria de la puna, la de Yambajalca; las dos comunidades poseen sendas capillas y sendos centros administrativos.

En la comunidad de Conila, en Luya, Santo Toribio aparece como compañero del general Balquishahua, según algunos enviado por el Inca, para otros por el rey de los Chachapoyas, para pacificar a los conilanos rebeldes. En la tradición oral Toribio el verdadero héroe no es Toribio sino el general.

La comunidad que guarda la tradición con mayor fuerza es la de La Jalca. Aquí, munido de su bastón de plata, Santo Toribio no sólo agrupa las tribus locales sino que establece los atributos que van a caracterizarlas y los ritos respectivos que ellos deberán ejecutar durante las fiestas locales, sobre todo las de San Juan y San Pedro en junio. Durante las mismas, que celebran la cohesión del conjunto y la potencia individual de cada una de las cuatro parcialidades La Jalca, se levantan capillas en las cuatro esquinas de la plaza, centro ceremonial tradicional de la comunidad. Dos de estas capillas están dedicadas respectivamente a San Pedro Puma (u oso) y a Yana San Pedro (San Pedro negro). El texto de Taylor nos presenta una versión recogida en 1975 en La Jalca. Se trata de la evocación del estado de behetría que precedía el ordenamiento hecho por Santo Toribio, la pacificación de las tribus, la prohibición de construir casas redondas tradicionales y la obligación de reemplazarlas por casas cuadradas, además de la desaparición de los gentiles con sus tesoros.

“En tiempos antiguos, Santo Toribio, quien se paseaba en los pueblos de los punas, llegó a la Jalca Grande. Allí encontró gentiles que peleaban entre ellos. ´Todos ellos querían ser el jefe principal. Santo Toribio llegó munido de un bastón de plata. Ordenó a los genitales adorar este bastón y vivir en paz. Los dividió en cuatro parcialidades y les dio los nombres siguientes: Barrios de Collana, Barrio de Puy, Barrio de San Antonio0 y barrio de Shócol. Estableció los ritos que estas cuatro parcialidades irían a ejecutar: los collana y los puy recibieron sus bailes; los sanantonios sus pequeñas antaras y los shócol sus bailes de los incas y de las Pallas. Ellos bailan allí en la plaza de La Jalca, los hombres y las mujeres con peinados elegantes y acompañados de muchachitas. Él los hizo reunirse en la plaza y los invitó a sentarse alrededor de un mantel extendido sobre el suelo y cubierto de comida (la plasamesa); comieron juntos manteniendo relaciones armoniosas. Desde entonces hasta ahora, vivimos así. Seguimos colaborando alegremente en las tareas comunitarias.

Antes que los europeos apareciesen e La Jalca, sólo habían casas redondas. Los gentiles, al saber que los europeos iban a venir, no los esperamos. Se enterraron vivos. Hasta nuestros días permanecen bajo tierra en el encanto. Cuando Alonso de Alvarado llegó a La Jalca hizo demoler todas estas casas redondas e hizo construir una nueva ciudad en la que las casas eran rectangulares. Aquí permaneció tres años. Luego partió a construir una nueva capital en Levanto.

 

5. Testimonio del proceso de beatificación

- 30. Cristóbal de Alvarado Mosquera, de Chachapoyas, vecino encomendero del repartimiento de Lebanto, 30 a (331). No conoció a TAM por no haber nacido pero que ha escuchado "excelencias de la gran virtud, santidad y milagros"

 

-          35. Fr. Diego de Narváez, predicador general de la OP y prior del convento de Lima, 66 a. Le

conoció "desde que entró en ella (Ciudad de los Reyes) que fue por el año 81 hasta que murió y le trató y comunicó en muchas partes de este arzobispado y le ordenó desde subdiácono hasta presbítero" [364] . Se despeña en Jauja y le salva el Padre Lebrato, criado [f.366v][367]...Entró en muchas partes a visitar donde jamás había entrado prelado en especial en las provincias de Chachapoyas y Moyobamba a donde ordenó a este testigo de sacerdote, caminando por caminos muy peligrosos de sierras, montañas y temples desabridos sin tener regalo ni alivio ninguno porque no era hombre que los recibí ni quería sino tratarse muy pobremente y sin tener regalos con ofrecerle muchos y aun que este testigo se los ponía en su casa y se los daba cuando le visitaba como cundo comía antes en días de Cuaresma en todas las doctrinas del valle de Jauja así de religiosos de nuestro Padre san Francisco como de nuestro Padre Santiago el mayor " [369v]"estando en la ciudad de Chachapoyas, una jornada hacia la ciudad de Moyobamba para ir a él llegaron dos indios infieles de los motilones y le trujeron unos miquillos y papagayos y cosas de aquella tierra y el dicho señor arzobispo los agasajó y abrazó, pero no quiso recibir cosa ninguna de las que traían, los cuales le pidieron que entrase donde estaban con que recibirían muy gran gusto porque [370]querían ser bautizados y cristianos y el dicho señor arzobispo dijo a este testigo y al dicho Padre Fray Diego de Ayala que estaban allí en aquella ocasión, que qué les parecía si entraría o no. Y este testigo y el dicho Padre le respondieron que sus ovejas eran , que obligación había para reducirlas a la fe católica y el dicho señor arzobispo se resolvió a entrar adentro a donde estaban los dichos indios motilones infieles donde entiende que entró con el riesgo de la vida por que este testigo y el dicho Padre se vinieron antes a esta ciudad. Era cosa muy pública y sin género de duda que tomaba muchas disciplinas y hasta derramar sangre y que dormía sobre maderos y en el suelo sin tener cama y que pasaba lo más de la noche en muy grandes contemplaciones y siempre le veía este testigo hablar y tratar de cosas de Dios con muy grande alegría interior y exterior"

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