"SANTO TORIBIO ESTUVO MARCADO POR UN CELO APOSTÓLICO PASTORAL INCONTENIBLE"
Mensaje de saludo por SE Cardenal, Mons. Ricardo Blázquez, Arzobispo de Valladolid, 27 de abril del 2020
Saludo cordialmente al Sr. Arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo, y a la diócesis entera, y también quiero saludar al párroco de Mayorga y a la diócesis de Valladolid. Hoy nos une en la distancia de un océano una figura realmente formidable Santo Toribio de Mogrovejo nacido en Mayorga que murió en Zaña y yo tengo que reconocer que es una de las figuras que me resulta más admirable y a la que me encomiendo con frecuencia; de hecho, aquí tenemos una representación de Santo Toribio de Mogrovejo y tuve también la suerte de visitar su sepulcro dos veces en la catedral de Lima. Es realmente para mí una figura señera, un espejo espléndido de pastores. Él nació el año 1538 en Mayorga y murió e año 1606 en Zaña durante la tercera visita pastoral a la inmensa diócesis de Lima. La oración colecta que rezamos aquí en la memoria litúrgica de nuestra diócesis, especialmente subrayamos dos dimensiones del ministerio pastoral de Santo Toribio de Mogrovejo.
Damos gracias a Dios Nuestro porque por medio de él ha acrecentado a su iglesia mediante los trabajos apostólicos y el celo por la verdad; son dos dimensiones que caracterizan a nuestro santo al que nos une a la diócesis de Lima y a la diócesis de Valladolid. Él está marcado por un celo apostólico pastoral incontenible; él llevaba interiormente un impulso, un ardor, una dedicación, una entrega sin reservas al ministerio que había recibido. Él fue recibido para Lima siendo laico; también cerca de donde estamos nosotros en Valladolid, nació vasco de Quiroga el primer obispo de Michoacán México que también fue elegido para ejercer el ministerio de Michoacán siendo laico; se repite también en aquel tiempo, pensemos, la historia de san Ambrosio y cual es el desarrollo ministerial de la vida apostólica de Santo Toribio. En los 25 años que duró su ministerio en la arquidiócesis uno se siente sorprendido y abrumado por las obras que desarrolló. El primer seminario de lo que aquí llamamos Nuevo Mundo precisamente lo fundó Santo Toribio de Mogrovejo. El durante los años de su ministerio y unos 15 los dedicó a recorrer la diócesis en las visitas pastorales. Y podemos comprender que a través de que, a través de montes muy escarpados, ríos, camino sin camino, iba visitando todos los lugares. Cuando se ve la figura de Santo Toribio de Mogrovejo a mí me viene constantemente aquella imagen del papa Francisco, fue un obispo que olía o veja, él estuvo siempre en medio de su pueblo, entregando su vida sin condiciones, cerca de los pobres; fue, sin duda, la catequesis una de las ocupaciones en la pastoral de Santo Toribio; fue como como la niña de sus ojos.
Durante varios siglos han utilizado, el Sr. Arzobispo de Lima a quien de nuevo manifiesto mi respeto y mi afecto, él conoce mejor cómo durante varios siglos uno de los catecismos en dos grados mayor y menor que redactó Santo Toribio de Mogrovejo estaba escrito en tres lenguas en castellano, quechua y aymara, para que pudieran llegar la misma palabra, las mismas expresiones, el mismo afecto; para que lo pudieran sentir como propio y él se esforzó en aprender las lenguas nativas para poderse comunicar también en la cercanía y en el afecto que la lengua materna nos otorga a todos. Entre los miles de niños que él confirmó se cuenta también Santa Rosa de Lima yo también tuve la oportunidad de visitar su iglesia allí en Lima que es uno de los lugares más emblemáticos, uno de los lugares donde nos sentimos todos especialmente alentados por la fuerza, por el entusiasmo, por la vida apostólica
Santo Toribio de Mogrovejo fue un pastor que sin duda pue3de ser incluido entre los doce grandes misioneros y grandes pastores. Es un motivo de satisfacción para Mayorga, para Valladolid el poder celebrar la fiesta de Santo Toribio de Mogrovejo junto con ustedes los de Lima no solo el 23 de marzo cuando murió sino también el día 27 de abril que lo celebramos también aquí como memoria de la diócesis. De nuevo le manifiesto mi afecto, mi enhorabuena, porque no hace mucho tiempo que fue nombrado arzobispo de Lima precisamente Monseñor Carlos Castillo a quien manifiesto mi afecto y a toda la diócesis. Me siento feliz porque hoy podemos conectar las dos orillas del Atlántico por este ejemplo de pastores, integérrimo en la defensa de la moral cristiana, discípulo siempre sacrificado de la verdad, no hubo resquicios en su vida para la corrupción, él fue un pastor que transparentó a Nuestro Señor Jesucristo de una manera vibrante, humilde, perseverante, sacrificada, Se entregó en cuerpo y alma al ministerio que inicialmente cuando le fue propuesto él se resistía pero pensándolo ante Dios aceptó para bien de todos, para bien de la diócesis de Lima y también como honor de nuestra diócesis de Valladolid. Cuántas actividades, tres concilios provinciales, con las diócesis sufragáneas, diez sínodos diocesanos para que el celo apostólico de los sacerdotes, la dedicación cristiana en el día a día. Y él va a morir rodeado de indígenas y también de sacerdotes porque justamente para entonces había convocado uno de los sínodos. Murió en una coincidencia feliz en jueves santo. Yo encomiendo mi misterio en la diócesis de Valladolid a Santo Toribio de Mogrovejo y me alegro mucho de poder enlazar a través de nuestro santo admirable nuestras dos diócesis, Lima y Valladolid. Un saludo cordial a todos.
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