Amigos: Me complace compartirles este encantador tondero a nuestro Santo Toribio compuesto con tanta profesionalidad y devoción, gracias al generoso envío de su autor. https://www.youtube.com/watch?v=aplIHZOfdtI
Tondero a Santo Toribio de Mogrovejo
Autor compositor: Yim Rodríguez Sampértegui
Arreglos y guitarras: Daniel Hernández
Bajo y masterización: Jorge "Koko" Reyes
Cajón: Luis Guivar
Mi santito milagroso, ¡ay! hoy devoto a ti he venido
mi santito milagroso, ¡ay! hoy devoto a ti he venido;
a saludar tu capilla
y a recorrer tu alameda,
y a cantarte este tondero
¡ay! Santo Patrón de mi tierra
y a cantarte este tondero
¡ay! Santo Patrón de mi tierra,
¡ay! mi santito milagroso,
¡ay! hoy devoto a ti he venido[1]
Cruzando pampas y valles, caminante misionero
cruzando pampas y valles, caminante misionero;
de Guadalupe a Mocupe
y de Reque hasta Pacasmayo
y en el corazón de Zaña
hizo, zamba, su lecho santo
y en el corazón de mi Zaña
hizo, zamba, su lecho santo
¡ay! cruzando pampas y valles,
¡ay! caminante misionero[2]
Mayorga le dio la cuna,
Lima, del cielo, corona;
estrella en sol convertido
que en la tiniebla se asoma,
estrella en sol convertido
que en la tiniebla se asoma;
Mayorga le dio la cuna,
Lima, del cielo, corona[3]
¡Ay, sí!
Recoge chisco tu alforja,
une tu canto a mi voz,
desempolva el arpa cholo
para cantarle al señor[4]
Toribio de Mogrovejo
bendice a mi tierra amada,
apóstol de las Américas
¡ay! Santo Patrón Zaña
Toribio de Mogrovejo
bendice a mi tierra amada,
apóstol de las Américas
¡ay! Santo Patrón Zaña[5]
Arriba ¡ay! ponchos al hombro
es hora de caminar
que la luna ya se asoma
y a la villa hay que llegar[6]
Toribio de Mogrovejo
bendice a mi tierra amada,
apóstol de las Américas
¡ay! Santo Patrón Zaña
Toribio de Mogrovejo
bendice a mi tierra amada,
apóstol de las Américas
mi Santo Patrón Zaña
[1] Estrofa inicial. La estrofa inicial, al igual que la segunda estrofa, se desarrolla alrededor de un romance: A saludar tu capilla/y a recorrer tu alameda/y a cantarte este tondero/Santo Patrón de mi tierra. La intención de la primera estrofa es describir el sentir del devoto. Un devoto que viene desde muy lejos, como será el caso de muchos que visitarán la capilla de Zaña en los próximos meses, y que confiesa ante Santo Toribio su intención de saludar el espacio que lo acogiera en su encuentro con lo eterno y que lo que le ofrece, además de su entera devoción, un tondero, un canto norteño para homenajear su grandeza.
[2] La segunda estrofa habla de una de las cualidades por las cuales nuestro Toribio de Mogrovejo resalta: su vocación misionera. En esta segunda estrofa, el devoto se identifica como peregrino que es. Al igual que Santo Toribio, que ha caminado tanto, el devoto se reconoce como peregrino de la fe. Habla de los lugares que Santo Toribio ha visitado, lugares que hasta hoy existen. Si bien los lugares no siguen un orden "geográfico" hacen alusión a ese constante andar que caracterizaba su labor pastoral. Termina la estrofa señalando que es en Zaña donde este ilustre prelado asciende a la gloria, aquí se revela la identidad del devoto: es un zañero o zañera (al igual que el autor de este tondero).
[3] Esta parte del tondero crea, musicalmente, una tensión lograda a partir de la modulación en los acordes. Hace alusión a otros lugares que son fundamentales para entender a Santo Toribio de Mogrovejo: Mayorga, su pueblo natal, y Lima, ciudad de la cual es Arzobispo. Los otros dos versos de ese romance, hacen alusión a la publicación de 1688 de D. Francisco de Echave "La estrella de Lima convertida en Sol sobre sus tres coronas". El título esboza una imagen hermosísima de nuestro Santo Patrón: la estrella convertida el Sol que llega para alumbrar las tinieblas de este mundo.
[4] En esta porción, el dulce de la canción, se hace alusión a elementos del campo lambayecano, elementos que el devoto pide se unan para venerar a nuestro patrón. El chisco, ave local de elegante cola y cuyo canto adorna nuestros algarrobales; le pide al hombre lambayecano que saque su arpa para alabar a Dios: León Pinelo (1653), y luego sus otros biógrafos, señala que fue un arpa, ejecutada por un agustino, la que acompañó la larga agonía de nuestro Santo. El arpa forma parte de la organografía del suelo lambayecano.
[5] La fuga es completamente a nuestro Santo Padre. El devoto exalta su presencia en la historia de nuestro pueblo y le pide bendecir a la tierra que lo abrazó en sus momentos más difíciles. Exalta la figura de ser "Apóstol de las Américas", nuevamente el concepto de evangelizador universal aparece.
[6] En este segundo dulce se destaca nuevamente una figura local, el poncho, elemento que abriga al viajero, y describe una escena previa a su llegada a la villa de Zaña: hermanos, es hora de caminar, como sellando su desenlace en los brazos del padre amado.
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