miércoles, junio 18, 2025

Iglesia en Perú celebrará año jubilar en honor a Santo Toribio de Mogrovejo, a 300 años de su canonización

EL MEJOR TRABAJO SOBRE LA CANONIZACIÓN DE SANTO TORIBIO SE PUEDE DESCARGAR del artículo de mi gran amigo y maestro CAMPOS Y FERNÁNDEZ DE SEVILLA, Javier "El doctorado de la santidad. El Colegio Mayor de Oviedo de la Universidad de Salamanca festeja la canonización de su antiguo alumno Toribio de Mogrovejo" Libro de Visitas de Santo Toribio Mogrovejo (1593-1605). EY, Lima, 2024. pp.98-156 https://perucatolico.com/descarga-gratis-libro-de.../

Iglesia en Perú celebrará año jubilar en honor a Santo Toribio de Mogrovejo, a 300 años de su canonización

Santo Toribio de Mogrovejo.Diego López MarinaPor Diego López Marina17 de junio de 202505:20 p. m.A partir del 10 de diciembre de 2025, la Iglesia en Perú vivirá un año jubilar en honor a Santo Toribio de Mogrovejo, conmemorando los 300 años de su canonización, con la intención de reavivar el fuego misionero de este gran evangelizador en el Perú y América Latina. Así lo explicó el sacerdote misionero David Farfán Guerrero, párroco del templo de Santo Toribio en Zaña —localidad en Chiclayo, Perú, donde falleció el santo—, en una entrevista concedida a EWTN Noticias Para el P. Farfán, celebrar este jubileo, que se prolongará hasta diciembre de 2026, no sólo es un acto para recordar la vida de este gran santo, sino una oportunidad para renovar la vida pastoral en el Perú y Latinoamérica. "Hay varias razones importantes", aseguró. "La primera es que él es el patrono del episcopado latinoamericano y del Caribe, pero también por la realidad misma que vivió Santo Toribio. Él accede al pedido de Felipe II, el rey de España, para venir en un momento muy coyuntural de la historia peruana, en el que el pueblo de Dios necesitaba un pastor", relató en la entrevista. Toribio de Mogrovejo, abogado y laico español en el momento de su elección, fue nombrado arzobispo por el rey Felipe II, precisamente por su gran prestigio y profundo sentido de justicia. "Él no era clero ni sacerdote, era un laico que fue invitado por el rey a consagrarse y venir al Perú. Aun era un hombre muy joven y de gran prestigio. Había resuelto casos eclesiásticos y también en el orden civil, y era un católico ferviente", explicó el P. Farfán. Una vez consagrado obispo, Toribio transformó la vida eclesial del virreinato del Perú. No sólo recorrió a pie su vastísima arquidiócesis —cuando aún no existían las estructuras parroquiales como hoy—, sino que impulsó el primer seminario mayor del continente, promovió la catequesis en lenguas originarias y sentó las bases de una Iglesia verdaderamente misionera. "Un obispo a pie que estaba junto a cada lugar, sin dejar a nadie desatendido", resaltó el P. Farfán. "Como muchos de los misioneros —incluyendo al Papa León XIV—, se volvió más peruano que muchos peruanos, y así llevó el Evangelio". El sacerdote también destacó su visión sinodal, que lo llevó a organizar importantes concilios y a descentralizar el gobierno pastoral para llegar a las regiones más alejadas. "Toribio se dio cuenta de que la Iglesia es una, y que como una necesita de todos, un sólo Cuerpo. Por eso trabajó en los sínodos que él promovió, descentralizando el poder hacia regiones más lejanas de Lima", relata.  Gran misa campal y obras en ZañaEl año jubilar comenzará oficialmente con una gran misa campal el 13 de diciembre de 2025 en la localidad chiclayana de Zaña, en la que se espera la participación de más de 15.000 fieles, además de obispos, sacerdotes de todo el país y el nuncio apostólico en representación del Papa León XIV. "Ese día se celebrará una gran misa campal [...] Hay muchísima expectativa, pues el recordar a aquel gran evangelizador de toda esta región permitirá que nosotros también renovemos el fuego apostólico que nos motiva a llevar el evangelio en nuestros tiempos", afirmó el P. Farfán.En paralelo, el gobierno regional y otras autoridades civiles están colaborando con la ampliación del Santuario de Santo Toribio en Zaña, para estar preparados para el evento."Hay que ir a contrarreloj, pero confiamos en que el 13 de diciembre contaremos con esta estructura. Así lo ha prometido el gobierno regional, que trabaja junto a nosotros para que eso pueda hacerse realidad", indicó el sacerdote.Finalmente, el P. Farfán hizo un llamado a las autoridades y a toda la Iglesia a unirse en torno a esta celebración. "Sé que el Santo Padre estará feliz si el guía espiritual tiene el reconocimiento debido. El año jubilar toribiano es una prioridad", concluyó.

https://www.aciprensa.com/noticias/114427/ano-jubilar-en-peru-por-los-300-anos-de-la-canonizacion-de-santo-toribio-de-mogrovejo?fbclid=IwY2xjawK_TFhleHRuA2FlbQIxMQBicmlkETBwOXBCdW13NUZoVVNyM0xaAR7oI_5Ri_Ea29B_lEmvIlw1fQWofi3sPMhCxAJmlUFdackEww8FzPG9c3JRoQ_aem_e4FICK7Oxo6mf78OCWvUmQ


sábado, junio 07, 2025

SAN TORIBIO ALFONSO DE MOGROVEJO en la web: ttps://cristianocatolico.wixsite.com/misitio

https://cristianocatolico.wixsite.com/misitio/san-toribio-alfonso-de-mogrovejo

San Toribio Alfonso de Mogrovejo (1538-1606)

Arzobispo de Lima, Perú, "Santo Padre de América"

Fiesta: 23 de marzo

"Al único que es necesario siempre tener contento es a Nuestro Señor".

 "Nuestro gran tesoro es el momento presente. Tenemos que aprovecharlo para ganarnos con él la vida eterna. El Señor Dios nos tomará estricta cuenta del modo como hemos empleado nuestro tiempo".

SAN TORIBIO ALFONSO DE MOGROVEJO

Nació en Mayorga, España, en 1538. Los datos acerca de este Arzobispo, personaje excepcional en la historia de Sur América, producen asombro y maravilla. Los historiadores dicen que Santo Toribio fue uno de los regalos más valiosos que España le envió a América. Las gentes lo llamaban un nuevo San Ambrosio, y el Papa Benedicto XIV dijo de él que era sumamente parecido en sus actuaciones a San Carlos Borromeo, el famoso Arzobispo de Milán. Toribio era graduado en derecho, y había sido nombrado Presidente del Tribunal de Granada (España) cuando el emperador Felipe II al conocer sus grandes cualidades le propuso al Sumo Pontífice para que lo nombrara Arzobispo de Lima. Roma aceptó y envió en nombramiento, pero Toribio tenía mucho temor a aceptar. Después de tres meses de dudas y vacilaciones aceptó. El Arzobispo que lo iba a ordenar de sacerdote le propuso darle todas las órdenes menores en un solo día, pero él prefirió que le fueran confiriendo una orden cada semana, para así irse preparando debidamente a recibirlas.

En 1581 llegó Toribio a Lima como Arzobispo. Su arquidiócesis tenía dominio sobre Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Bolivia, Chile y parte de Argentina. Medía cinco mil kilómetros de longitud, y en ella había toda clase de climas y altitudes. Abarcaba más de seis millones de kilómetros cuadrados. Al llegar a Lima Santo Toribio tenía 42 años y se dedicó con todas sus energías a lograr el progreso espiritual de sus súbditos. La ciudad estaba en una grave situación de decadencia espiritual. Los conquistadores cometían muchos abusos y los sacerdotes no se atrevían a corregirlos. Muchos para excusarse del mal que estaban haciendo, decían que esa era la costumbre. El arzobispo les respondió que Cristo es verdad y no costumbre. Y empezó a atacar fuertemente todos los vicios y escándalos. A los pecadores públicos los reprendía fuertemente, aunque estuvieran en altísimos puestos.

Las medidas enérgicas que tomó contra los abusos que se cometían, le atrajeron muchos persecuciones y atroces calumnias. El callaba y ofrecía todo por amor a Dios, exclamando, "Al único que es necesario siempre tener contento es a Nuestro Señor". Tres veces visitó completamente su inmensa arquidiócesis de Lima. En la primera vez gastó siete años recorriéndola. En la segunda vez duró cinco años y en la tercera empleó cuatro años. La mayor parte del recorrido era a pie. A veces en mula, por caminos casi intransitables, pasando de climas terriblemente fríos a climas ardientes. Eran viajes para destruir la salud del más fuerte. Muchísimas noches tuvo que pasar a la intemperie o en ranchos miserabilísmos, durmiendo en el puro suelo. Los preferidos de sus visitas eran los indios y los negros, especialmente los más pobres, los más ignorantes y los enfermos. Logró la conversión de un enorme número de indios. Cuando iba de visita pastoral viajaba siempre rezando. Al llegar a cualquier sitio su primera visita era al templo. Reunía a los indios y les hablaba por horas y horas en el idioma de ellos que se había preocupado por aprender muy bien. Aunque en la mayor parte de los sitios que visitaba no había ni siquiera las más elementales comodidades, en cada pueblo se quedaba varios días instruyendo a los nativos, bautizando y confirmando.

Celebraba la misa con gran fervor, y varias veces vieron los acompañantes que mientras rezaba se le llenaba el rostro de resplandores.

Santo Toribio recorrió unos 40,000 kilómetros visitando y ayudando a sus fieles. Pasó por caminos jamás transitados, llegando hasta tribus que nunca habían visto un hombre blanco. Al final de su vida envió una relación al rey contándole que había administrado el sacramento de la confirmación a más de 800,000 personas. Una vez una tribu muy guerrera salió a su encuentro en son de batalla, pero al ver al arzobispo tan venerable y amable cayeron todos de rodillas ante él y le atendieron con gran respeto las enseñanzas que les daba. Santo Toribio se propuso reunir a los sacerdotes y obispos de América en Sínodos o reuniones generales para dar leyes acerca del comportamiento que deben tener los católicos. Cada dos años reunía a todo el clero de la diócesis para un Sínodo y cada siete años a los de las diócesis vecinas. Y en estas reuniones se daban leyes severas y a diferencia de otras veces en que se hacían leyes pero no se cumplían, en los Sínodos dirigidos por Santo Toribio, las leyes se hacían y se cumplían, porque él estaba siempre vigilante para hacerlas cumplir. Nuestro santo era un gran trabajador. Desde muy de madrugada ya estaba levantado y repetía frecuentemente: "Nuestro gran tesoro es el momento presente. Tenemos que aprovecharlo para ganarnos con él la vida eterna. El Señor Dios nos tomará estricta cuenta del modo como hemos empleado nuestro tiempo".

Fundó el primer seminario de América. Insistió y obtuvo que los religiosos aceptaran parroquias en sitios supremamente pobres. Casi duplicó el número de parroquias o centros de evangelización en su arquidiócesis. Cuando él llegó había 150 y cuando murió ya existían 250 parroquias en su territorio. Su generosidad lo llevaba a repartir a los pobres todo lo que poseía. Un día al regalarle sus camisas a un necesitado le recomendó: "Váyase rapidito, no sea que llegue mi hermana y no permita que Ud. se lleve la ropa que tengo para cambiarme". Cuando llegó una terrible epidemia gastó sus bienes en socorrer a los enfermos, y él mismo recorrió las calles acompañado de una gran multitud llevando en sus manos un gran crucifijo y rezándole con los ojos fijos en la cruz, pidiendo a Dios misericordia y salud para todos. El 23 de marzo de 1606, un Jueves Santo, murió en una capillita de los indios, en una lejana región, donde estaba predicando y confirmando a los indígenas. Estaba a 440 kilómetros de Lima. Cuando se sintió enfermo prometió a sus acompañantes que le daría un premio al primero que le trajera la noticia de que ya se iba a morir. Y repetía aquellas palabras de San Pablo: "Deseo verme libre de las ataduras de este cuerpo y quedar en libertad para ir a encontrarme con Jesucristo".

Las medidas enérgicas que tomó contra los abusos que se cometían, le atrajeron muchos persecuciones y atroces calumnias. El callaba y ofrecía todo por amor a Dios, exclamando, "Al único que es necesario siempre tener contento es a Nuestro Señor". Tres veces visitó completamente su inmensa arquidiócesis de Lima. En la primera vez gastó siete años recorriéndola. En la segunda vez duró cinco años y en la tercera empleó cuatro años. La mayor parte del recorrido era a pie. A veces en mula, por caminos casi intransitables, pasando de climas terriblemente fríos a climas ardientes. Eran viajes para destruir la salud del más fuerte. Muchísimas noches tuvo que pasar a la intemperie o en ranchos miserabilísimos, durmiendo en el puro suelo. Los preferidos de sus visitas eran los indios y los negros, especialmente los más pobres, los más ignorantes y los enfermos. Logró la conversión de un enorme número de indios. Cuando iba de visita pastoral viajaba siempre rezando. Al llegar a cualquier sitio su primera visita era al templo. Reunía a los indios y les hablaba por horas y horas en el idioma de ellos que se había preocupado por aprender muy bien. Aunque en la mayor parte de los sitios que visitaba no había ni siquiera las más elementales comodidades, en cada pueblo se quedaba varios días instruyendo a los nativos, bautizando y confirmando.

Fuente: EWTN

jueves, junio 05, 2025

ARA DE ALTAR EN QUE CELEBRÓ MISA SANTO TORIBIO MOGROVEJO

ARA DE ALTAR EN QUE CELEBRÓ MISA SANTO TORIBIO

 

            Uno de los días del mes de agosto del 2000, con ocasión de preparar uno de los muchos actos jubilares, apareció entre los objetos custodiados en la Catedral una singular reliquia vinculada con Santo Toribio. La preciada reliquia corresponde al ara del altar sobre la que celebró muchas veces la Santa Misa el segundo arzobispo de Lima, Santo Toribio Alfonso Mogrovejo. Desde el cristianismo primitivo había diversos  tipos de altares: fijo adosado, fijo arcosolio y portátiles. Este último correspondía a una piedra llamada ara, cuadrilátera, capaz de contener el cáliz y la hostia y puede ser trasladada de una parte a otra.

            Precisa su primer biógrafo A. León Pinelo el esmerado cuidado puesto en atender las iglesias: "Y en muchas de españoles puso sagrarios que no los había y en algunas de indios en que le parecía que había seguridad y posibilidad para sustentar lámparas y estar con decencia" (Vida 1906, p.70).

            Tal hecho se confirma en el Diario de la Visita:

[70v]El pueblo de Contumasa visitó el dicho Licenciado Martín Vásquez y halló haber 151 indios tributarios y 110 reservados y 782 de confesión y ánimas 914. Es cura de este pueblo y de el de arriba el Padre Fray Diego de Madrigal de la orden de (en blanco),

[71] tiene el hospital de este pueblo 30 cabezas de ganado; tiene de sínodo 270 pesos ensayados, lo cual pareció por la revisita. Cuando Su Señoría visitó este pueblo que fue por 25 de enero de 97 años, consagró en él 48 aras y confirmó la gente que va declarada.

 

Sabemos por propio testimonio del Presbítero Matías Maestro que en 1770 llegó a sus manos "por rara casualidad" y que fue llevada a Madrid por el Excmo. Sr. Arzobispo de Lima Bartolomé de las Heras. A la muerte del Prelado en el convento de la Trinidad de Madrid, el 22 de enero de 1822, pasó a manos de D. Juan Manuel Goyeneche, Conde de Guaqui, quien la envió a su hermano, el Sr. D. José Sebastián de Goyeneche, obispo de Arequipa.

Éste es el texto completo que figura en una tablilla cubierta con basta tela:

En esta Santa Ara, según tradición bien fundada, y antigua, dijo muchas veces Misa el Señor Santo Toribio y por esta moralidad tan recomendable es del mayor aprecio esta recomendable alhaja, que vino a mi poder por una rara causalidad. Año de 1770. Matías Maestro.

Esta ara la trajo a Madrid el Excmo. Sr. D. Bartolomé de las Heras, arzobispo de Lima, que murió en el convento de la Trinidad en 27 de enero de 1822, dejando por su testamentario al Excmo. Sr. Conde de Guaqui, Teniente General de los Reales Ejércitos y este la envió al Excmo. Sr. D. José Sebastián de Goyeneche, obispo de Arequipa su hermano.

Por testimonio del Deán de la Catedral de Arequipa, Doctor Juan Gualberto Valdivia, 29 de mayo de 1844, sabemos que el Arzobispo Goyeneche tenía en la Ciudad Blanca una casulla [hoy en la Capilla de Santo Toribio de esta Catedral de Lima] y el pectoral de Santo Toribio. Así pude verlo con sorpresa en la Biblioteca del Convento de La Merced de Arequipa. Como se sabe, el célebre Deán profesó en esta orden en 1816 y se exclaustró en 1826, llevando una dinámica existencia en el mundo de la política, la educación y la iglesia. Uno de los libros de su pertenencia y donado al convento en el que vivió una década es El Sol del Nuevo Mundo. Ideado y compuesto en las esclarecidas operaciones del Bienaventurado Toribio, Arzobispo de Lima escrito por el Dr. D. Fco. Antonio de Montalvo. Roma, Imprenta de A. Bernuevo, 1683. Pues bien, tal como era su costumbre, en la primera página figura este texto manuscrito comentario personal:

"Obra muy importante que debe leerla todo peruano, especialmente literato. Arequipa, 29 de mayo de 1844. Del Doctor Juan Gualberto Valdivia, presbítero. Aviso. El Obispo Goyeneche tiene, y yo he visto, una casulla de Santo Toribio y su pectoral que de España se las mandó el Ilmo. Sr. Goyeneche, que había sido albacea del [sic] Heras, quien como arzobispo se había llevado de Lima esas reli­quias. Dr. Valdivia."

En este mismo convento se guarda una detallada carta del Conde de Guaqui, Juan Manuel Goyeneche, hombre fuerte y de la máxima confianza del Virrey Abascal, quien, desde Madrid, el 29 de noviembre de 1824, escribe a su hermano José Sebastián Goyeneche (40 años obispo de Arequipa y durante 11, arzobispo de Lima) donde, entre muchas noticias, le indica que

"también te llevará la Esposa y Pectoral de Santo Toribio, con una buena cadena de oro que yo le he puesto; irá en su cajita de poco volumen y queda aún el ara y casulla que son de volumen e irán en otra ocasión, así como los tulipanes de brillantes de Mariquita que aguardo el resultado entre Bolívar y Canterac para enviarlos y los llevará Valle que está nombrado Comandante del Resguardo de Lima".

Al ser nombrado José Sebastián, Arzobispo de Lima, trajo consigo las preciadas reliquias a la Ciudad de los Reyes y a su muerte pasaron a sus sobrinos, los cuales las donaron al Cabildo Catedralicio; así figura en las cartas adjuntas de Mons. M. Tovar y Juan M. de Goyeneche y Gamio, en el Archivo de la Catedral de Lima, Sección "Correspondencia, XIII, 1897-1900":

Reliquias de Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo. Carta de Mons. Tovar, arzobispo de Lima, dirigida al Deán de la Catedral

Lima, diciembre 11 de 1899

Ilmo. Señor Deán y V. Capítulo Metropolitano:

Tengo la satisfacción de ofrecer al Venerable Capítulo Metropolitano dos preciosas reliquias de mi gloriosos Predecesor Santo Toribio A. de Mogrovejo para que las conserve perfectamente y dis­ponga que sean colocadas y custodiadas en la forma que estime más decorosa y conveniente.

Estas reliquias son: una piedra consagrada y un ornamento rojo de uso y propiedad del Santo Arzobispo como se comprueba por una venerable y constante tradición confirmada por el oficio que se sirvió dirigirme el Excmo. Sr. Ministro del Perú ante la Santa Sede que acompaño original para que se converse en el archivo de esta Santa Iglesia.

Me es grato con este motivo renovar a Usted y al V. Capítulo el testimonio de mi distinguida consideración. Dios guíe a Vuestra Ilustrísima

+ Manuel, Arzobispo de Lima

......................................................................................................................................................

París: julio 31 de 1899

Al Ilmo. y Rvdo. Sr. Dr. D. Manuel Tovar, Arzobispo de Lima:

Ilmo. y Rev. Señor:

Mis hermanos Doña Carmen, doña María Josefa, don José Sebastián y yo, heredamos de nuestro difunto tío el Excmo. e Ilmo. Sr. Dr. D. José Sebastián Goyeneche y Barreda una casulla de ter­ciopelo colorado y el ara con que Santo Toribio de Mogrovejo celebraba el Santo Sacrificio de la Misa, hemos decidido hacer ofrenda de estos objetos sagrados a la catedral de Lima para que se conserven en ella como recuerdo de nuestro citado, amadísimo tío, y cesión nuestra a la Iglesia Metropolitana que por tantos años gobernó como arzobispo de ella y hoy V.Y. R. rige tan digna­mente.

La autenticidad de esas venerables reliquias consta de los papeles y cesión que de ellas hizo al entonces obispo de Arequipa, su hermano y nuestro tío, el General de los Ejércitos españoles Don. José Manuel de Goyeneche, Conde de Guaqui, quien las compró en Madrid de la testamentaría del Ilmo. Sr. Dr. Bartolomé de las Heras, último arzobispo que fue del virreinato del Perú.

Al ofrecerlas hoy nosotros a esa catedral en las que floreció el gran santo que la iglesia universal venera en los altares y es con Santa Rosa la gloria más pura del Perú, creemos que V.Y.R. tendrá grandísima satisfacción al recibir joyas como ésta de tan inapreciable mérito y valor para que se guarden y custodien perpetuamente en su catedral a la vista y veneración de los fieles.

Dígnese V.Y.V. concedernos su sagrada bendición y aceptar las respetuosas consideraciones con las que a nombre de mis hermanos y al mío, tengo el alto honor de suscribirme de V.Y.R. su atento amigo y humilde servidor, que B.S.S.M.

Juan M. de Goyeneche y Gamio. (Contestado en París, el 1 de agosto de 1899)"

                                                                                                     José Antonio Benito Rodríguez

 

miércoles, mayo 21, 2025

5 similitudes entre el Papa León XIV y Santo Toribio de Mogrovejo, su inspiración espiritual

5 similitudes entre el Papa León XIV y Santo Toribio de Mogrovejo, su inspiración espiritual

Papa Léon XIV y Santo Toribio de Mogrovejo.Papa Léon XIV y Santo Toribio de Mogrovejo. | Crédito: Alessia Pierdomenico - Shutterstock

En una entrevista con ACI Prensa, el sacerdote misionero David Farfán Guerrero —párroco del templo de Santo Toribio en Zaña, Perú— y el P. Marcos Ballena Rentería, formador del seminario mayor de Chiclayo, destacan notables similitudes entre ambos pastores de la Iglesia.

1. Un amor entrañable por la ciudad de Zaña, en Chiclayo

Para el P. Farfán, amigo cercano del Papa y hombre de su confianza, Zaña es "una puerta al cielo" y "un lugar sagrado", ya que fue allí donde murió Santo Toribio de Mogrovejo el 23 de marzo de 1606, tras una larga vida de misión apostólica que también comenzó en ese mismo lugar.

"No existe Zaña sin Santo Toribio, y no existe Santo Toribio sin Zaña", afirma el sacerdote sobre el santo español que dirigió la Iglesia de Lima durante casi 25 años.

P. David Farfán Guerrero, párroco del templo de Santo Toribio en Zaña, Perú. Crédito: Diego López Marina - EWTN NewsP. David Farfán Guerrero, párroco del templo de Santo Toribio en Zaña, Perú. Crédito: Diego López Marina - EWTN News

Este lugar fue elegido por el Papa León XIV —cuando aún era Mons. Robert Prevost, Obispo de Chiclayo (2014-2023)— como uno de sus espacios de oración más queridos, específicamente el poblado de San Nicolás, donde se encuentra una humilde capilla dedicada a San Nicolás de Tolentino, primer santo de la Orden de San Agustín y el santo patrono de sus votos solemnes.

"Este lugar es muy especial en la vida de Su Santidad, porque aquí es donde, como yo suelo decir, 'ponía a prueba sus rodillas'. Apenas él llegaba, entraba y hacía oración al santo patrono de su profesión perpetua", contó el sacerdote.

Imagen de San Nicolás de Tolentino que data del siglo XVII, con la llegada de los agustinos a esta región. Crédito: Diego López Marina - EWTN NewsImagen de San Nicolás de Tolentino que data del siglo XVII, con la llegada de los agustinos a esta región. Crédito: Diego López Marina - EWTN News

 2. La opción preferencial por los más pobres

Santo Toribio fue testigo directo del sufrimiento de los esclavizados en Zaña. Durante unas excavaciones recientes para construir un pozo para la parroquia se encontraron esqueletos humanos de origen africano

"No me sorprendería que en su primera visita, Santo Toribio haya sido testigo de cómo vivían en las barracas los negros esclavizados. Eso seguramente lo llevó a profundizar su amor por los últimos", dice el P. Farfán.

Además, Santo Toribio buscó siempre la corrección de las costumbres, mostrando un profundo interés por la educación. Ordenó la enseñanza en quechua y aymara, así como la edición de catecismos en estos idiomas, convirtiéndose en uno de los pioneros de la educación intercultural en América Latina. 

Tenía una especial predilección por los enfermos, a quienes visitaba con frecuencia, y su generosidad lo llevaba a repartir a los pobres todo lo que poseía.

El P. Farfán asegura que Mons. Prevost "compartía esa misma sensibilidad", traduciéndola en acciones concretas. Entre ellas, fundó un colegio parroquial en Zaña, viendo la urgencia educativa en la región, y motivado tras haber visto a dos niños caminar varios kilómetros para llegar a su escuela. "Había muchas dificultades para acceder a estudios. Él vio esa necesidad y actuó", señala el sacerdote.

El entonces Obispo de Chiclayo también lideró campañas de ayuda social durante la pandemia de covid-19 (2021) y tras las inundaciones en el norte del país (2023); impulsó comedores populares para combatir la pobreza, e incluso servía personalmente el almuerzo a sus hermanos en situación de necesidad. 

3. Misioneros con los pies en la tierra y el corazón en el cielo

Ambos comparten una característica: su espiritualidad no es meramente contemplativa, sino orientada a la acción misionera, según cuenta el P. Farfán.

Una peculiaridad del episcopado de Santo Toribio fue su celo pastoral. Recorrió a pie todo el territorio de su arquidiócesis en dos ocasiones (y falleció durante su tercer recorrido), una tarea nada fácil si se considera que incluía terrenos accidentados y peligrosos, gran parte de ellos en los Andes.

"El Papa León XIV, teniendo a Toribio como su santo modelo, ha sido un pastor con los pies en la tierra y el corazón en el cielo. Ha tratado de ser alter Christus para nosotros sacerdotes y para toda la feligresía como lo fue Toribio", afirma el P. Farfán.

El Papa León XIV dejó su tierra natal en Estados Unidos para entregarse durante décadas al servicio pastoral en el Perú, especialmente en la Diócesis de Chiclayo. "Al igual que los grandes misioneros de la historia, supo encarnar el Evangelio en una cultura distinta a la suya, con humildad, cercanía y profundo amor por el pueblo al que fue enviado", agregó el P. Farfán.

Santo Toribio no sólo es conocido por haber defendido los derechos de los pueblos indígenas del Perú, sino que visitaba y vivía con su gente. Aprendió a hablar sus lenguas para que pudieran comprender realmente el Evangelio. Del mismo modo, según afirma el P. Farfán, Mons. Prevost aprendió quechua para poder comunicarse con los fieles de la sierra en la región de Lambayeque.

"Monseñor buscó encarnar a Santo Toribio en sus enseñanzas y en su caminar, porque Santo Toribio llegaba a todos los lugares y él también llegaba a todos los lugares", comentó a ACI Prensa el P. Marcos Ballena Rentería, formador del seminario mayor de Chiclayo.  

P. Marcos Ballena Rentería, formador del seminario mayor de Chiclayo. Crédito: Diego López Marina - EWTN NewsP. Marcos Ballena Rentería, formador del seminario mayor de Chiclayo. Crédito: Diego López Marina - EWTN News

"A las 10 de la mañana, monseñor podía celebrar Misa en la serranía de nuestra diócesis, que es Santa Cruz —una provincia de Cajamarca que también atiende Chiclayo—; a las 4 o 6 de la tarde, podía estar celebrando Misa en la catedral; y a las 8 de la noche, tener una reunión en alguna parroquia, todo en un mismo día. Se daba por completo a la gente", agregó.

4. Intelectuales al servicio de Dios

Antes de ser un obispo incansable, Santo Toribio fue un distinguido académico y abogado. Pero siempre dejó que la voluntad de Dios —y no el prestigio, los honores ni la comodidad humana— moldeara su vida.

Fue un hombre inteligente que inició sus estudios universitarios en la ciudad española de Valladolid y los completó en la Universidad de Salamanca. Su talento llamó la atención de la corte española, y el rey Felipe II lo nombró juez de la Inquisición en Granada, al otro extremo del país.

Su distinción llevó al mismo rey a proponerlo al Papa como Arzobispo de Lima, algo inusual por dos razones: Lima era la diócesis más importante de la América española, y Toribio era aún un laico. El Papa Gregorio XIII aceptó la propuesta, y Toribio se sometió con humildad, siendo ordenado diácono, luego sacerdote y finalmente obispo. Su consagración episcopal tuvo lugar en 1580, y llegó a Lima el 24 de mayo de 1581.

El Papa León XIV, por su parte, también es un intelectual brillante al servicio de Dios. Inició su formación en el Seminario Menor de los Padres Agustinos y obtuvo títulos en Ciencias Matemáticas y Filosofía en la Universidad de Villanova (EE.UU.). Más adelante completó una maestría en Divinidad con énfasis en Misión Intercultural en la Catholic Theological Union de Chicago.

A los 27 años fue enviado a Roma para estudiar Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino (Angelicum). Dos años después obtuvo la licenciatura en Derecho Canónico, y en 1987 recibió el doctorado con mención magna cum laude, con una tesis sobre el rol del prior local en la Orden de San Agustín.

Además de su sólida formación, cultivó una vida intelectual constante y disciplinada. "A Monseñor Robert le gustaba mucho la lectura. Era un hombre muy ordenado y aprovechaba cada momento libre para leer", recuerda el P. Ballena.

"Por ejemplo, cuando tenía que esperar o viajar —y viajaba con frecuencia a Lima por su labor como segundo vicepresidente de la Conferencia Episcopal, o a Roma, como miembro del Dicasterio para el Clero—, solía leerse hasta un libro entero en el aeropuerto", asegura.

Según el P. Ballena, le interesaban especialmente los libros de actualidad, de fe y formación sacerdotal, así como aquellos relacionados con valores humanos y el pensamiento de San Agustín. También leía con atención los documentos del Vaticano; muchas veces los revisaba en italiano o en otros idiomas antes de que llegaran traducidos al castellano, porque domina cinco idiomas.

En su último viaje a Roma, cuando tuvo que dejar la Diócesis de Chiclayo, donó al seminario entre cinco y seis maletas con libros: unos 200 en total. "Son libros que había leído o que le habían regalado, y decidió dejarlos como herencia para los seminaristas", señala el formador.

Libro donado por Robert Prevost al Seminario Mayor de Chiclayo. Crédito: Diego López Marina - EWTN NewsLibro donado por Robert Prevost al Seminario Mayor de Chiclayo. Crédito: Diego López Marina - EWTN News

5. Una espiritualidad profundamente mariana

Según el libro El Bienaventurado Toribio Alfonso de Mogrovejo, Arzobispo de Lima. Historia de su admirable vida, virtudes y milagros, Toribio cultivó una profunda piedad mariana: "Con amor de hijo veneraba a la siempre Virgen María y con tierno afecto la amaba rezando todos los días su Oficio Divino, al que añadía muchas oraciones y preces, y por corona de sus devociones el Rosario, sin que en ningún día faltase a esto".  

Tanto el Papa León XIV como Santo Toribio colocan a la Virgen María en el centro de su espiritualidad. El P. Farfán recuerda sobre Robert Prevost: "Él tenía en una balanza por un lado, a San Nicolás de Tolentino —protector de la profesión religiosa del Papa—; y por el otro lado, a Santo Toribio, su modelo pastoral. Y al centro de esa balanza, la Virgen María".

"Para ambos, todo se ordena bajo el señorío de Jesucristo y el amparo materno de María", aseguró el presbítero.

jueves, mayo 15, 2025

DON NICOLÁS SÁNCHEZ PRIETO, CRONISTA GUADALUPANO, BIÓGRAFO DE SANTO TORIBIO MOGROVEJO

¡Qué gozo experimenté al ver esta placa y el nombre de la plaza dedicado por Guadalupe a don Nicolás, hijo ilustre de Guadalupe, cronista emblemático del santuario  y acucioso biógrafo de santo Toribio!

En espera de conseguir su semblanza vital y la trascendencia de su obra, comparto la web de la Biblioteca Nacional de España https://datos.bne.es/persona/XX1091352.html donde figura como autor de 22 libros.

Del libro  Santo Toribio de Mogrovejo. Apóstol de los Andes. (BAC, Madrid, 1985, pp.212) señala que ha intentado "dibujar, con amor y objetividad, la figura gigantesca de San­to Toribio de Mogrovejo, con el fin de descubrir también la me­jor América que hicimos: la de la evangelización. Es la tarea a la que nos convoca nuestro Episcopado, por medio de su Comisión especial para el V Centenario de su Descubrimiento: «pensar en la gran tarea de evangelización que allí se realizó a partir de 1492». Hace cinco siglos llevamos la fe católica a veinte naciones. Queda tarea —mucha y hermosa— que hacer allí. Santo Toribio de Mogrovejo, «el gran Borromeo de los Andes» y «el más grande misionero de la América española». Santo y arzobispo, patrono y ejemplo magní­fico del Episcopado latinoamericano. Con él «descubriremos» me­jor a América, sin necesidad de salir de casa ni pasar por alto ninguna historia. La que aquí se cuenta es la de uno de los mejo­res y más seguros guías y animadores de todo aquel mundo, tan nuevo siempre y tan real. 

martes, mayo 13, 2025

"El papa León XIV guarda una especial devoción por Santo Toribio" (Mons. Jesús Moliné)

https://www.udep.edu.pe/hoy/2025/05/mons-jesus-moline-leon-xiv-un-padre-para-todos/?fbclid=IwY2xjawKQc9lleHRuA2FlbQIxMQBicmlkETFCNUZoSGw3UFZkajFOWkNTAR4crFwl4WcX3eJoQ3R9pAmgxsg7FV7azlK-K5iBILQ9xcSbhWktw14Ye2gE0w_aem_dHWZDyVzcYUZfdI2YZ7Ocg

Monseñor Jesús Moliné, obispo emérito de Chiclayo y antecesor del hoy papa León XIV en aquella diócesis, nos habla de algunas de las cualidades como pastor del nuevo Vicario de Cristo en la tierra.

13 mayo, 2025.

Monseñor Moliné Labarta reside actualmente en su natal Zaragoza (España), aunque visita regularmente el Perú. Antes de ser obispo de Chiclayo (por más de 17 años), fue profesor y capellán en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Piura, entre otros cargos en Piura. Desde España, destaca el afán por procurar la comunión y la unidad de la Iglesia, que caracterizan al actual papa, León XIV.

Moliné Labarta escribe sobre la historia de la diócesis de Chiclayo. El 2023 presentó el libro "Don Ignacio María de Orbegozo y Goicoechea: II obispo de Chiclayo" en la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo; antes, escribió una biografía sobre el primer obispo de Chiclayo, monseñor Daniel Figueroa Villón, cuyo prólogo escribió el ahora papa, León XIV.

Mons. Moliné, ¿qué virtudes destaca de la personalidad del nuevo papa?
Definitivamente, su capacidad de escucha. Tiene una mirada penetrante. Es una persona muy laboriosa, no acostumbra a dormir mucho. Mientras estuvo en el Perú, no sólo fue obispo de Chiclayo, también desempeñó varios cargos. Como segundo vicepresidente de la Conferencia Episcopal, dirigió la Comisión de bienes y patrimonio cultural; y fue administrador apostólico de la diócesis del Callao, antes de partir a Roma, como prefecto del dicasterio de los obispos.

El papa León XIV es una persona inteligente y sintoniza adecuadamente, por ejemplo, con las autoridades de una localidad o de una ciudad; y, con personas de condición más desfavorable. Posee una sensibilidad social que lo llevó a estar presente en situaciones difíciles de Chiclayo como en las inundaciones por el Fenómeno El Niño o para conseguir oxígeno para la población durante la pandemia del COVID-19 o dar ayuda a los migrantes venezolanos a través de Cáritas de la diócesis. El papa ha procurado vivir y actuar siempre como un padre para todos.

¿El papa era devoto de Santo Toribio de Mogrovejo?
El papa León XIV guarda una especial devoción por Santo Toribio. En sus homilías acudía a sus textos, a los cuales se refería en su predicación y, al mismo tiempo, procuró fomentar el conocimiento y difusión de las obras de este santo, considerado peruano, aunque había nacido en España. Santo Toribio falleció en Zaña, territorio de la diócesis de Chiclayo y es el patrono del episcopado latinoamericano.

Y, con las devociones populares de Chiclayo, como por el Señor Nazareno Cautivo de Monsefú, La Cruz del Chalpón en Motupe, El niño del milagro de ciudad Eten, o del Señor de los Milagros o a la Virgen Nuestra Señora de la Paz… ¿cómo era el actual papa? 
Esas manifestaciones que menciona son expresiones populares que han contribuido a mantener firme la fe del pueblo de Chiclayo y a dar formación cristiana. Esas manifestaciones de fe cautivaron el corazón del nuevo papa en su estancia en el norte peruano, y las promovió, porque fomentan la vida cristiana y ayudan a vivir la fe en la vida cotidiana y en diferentes lugares no solo en las iglesias, sino también en las calles, plazas, viviendas, en el transporte público, en los taxis y en los mototaxis, entre otros medios en los que se moviliza la población chiclayana.

Siendo obispo de la diócesis, ¿tenía una devoción preferida?
Sin duda alguna, con la que más se comprometió León XIV fue con la devoción del milagro eucarístico de Eten, zona cercana a Chiclayo, donde alrededor de 1649 se manifestó el Niño Jesús en forma de una hostia consagrada.

La asistencia de la población chiclayana a las procesiones y a las misas, siempre correspondió a la entrega del actual papa. Aunque, la situación de la pandemia significó una verdadera debacle en la participación en las misas y procesiones, paulatinamente comenzó a recuperarse el 2022 y se consolidó el 2023.

¿Cómo fue la relación de monseñor Prevost con el mundo de la cultura y de la universidad en Chiclayo?
Fue Gran Canciller de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo de Chiclayo (USAT), centro de estudios que le otorgó el doctorado honoris causa. El papa mantuvo una buena relación con la universidad creada en el periodo episcopal de monseñor Ignacio de Orbegozo. Puedo destacar que el actual papa ve a la institución universitaria como un gran medio en la síntesis de fe y cultura y de la nueva evangelización.

¿Qué nos puede comentar del escudo papal?
Es el escudo que ya tenía como obispo. El lema «In Illo uno unum» parte de una expresión de san Agustín que invita a la unidad y a la comunión en la Iglesia, "en la unidad de Cristo somos uno". Fue pronunciada por san Agustín, padre de la Iglesia, en uno de sus sermones y que significa que «aunque los cristianos seamos muchos, en el único Cristo somos uno». Hay que tener en cuenta que el nuevo papa fue prior general de la Orden de san Agustín durante dos periodos. Es muy agustiniano.

¿Cómo fue su relación con él en Chiclayo?
Con el actual papa me une una relación fraternal. Yo pasé a ser el obispo emérito, tras su toma de posesión como obispo en el 2014 y me retiré de todas las actividades de la diócesis.

¿Tiene alguna anécdota en especial durante el periodo que coincidió con el papa en Chiclayo? 
En una ocasión, hubo unas lluvias muy fuertes en Chiclayo, se inundó la carretera Panamericana por un desborde del río La Leche, lo que afectó gravemente las cosechas de los agricultores y a muchos caseríos de la zona y sus alrededores.  Tras recibir una llamada del párroco de la zona, monseñor Prevost acudió personalmente a auxiliar a los afectados por las inundaciones y llevó ayuda material, que repartió entre los damnificados.

 

domingo, mayo 11, 2025

LEÓN XIV Y SANTO TORIBIO (Evangelización de América). P. Manuel Tamayo

Queridos amigos: les comparto el artículo del P. Manuel Tamayo, impulsor de la película sobre santo Toribio, en el que rescata las similitudes entre el Papa León XIV y Santo Toribio de Mogrovejo en cuanto a la misión para la reevangelización de américa en los tiempos actuales

LEÓN XIV Y SANTO TORIBIO (evangelización de américa)

Los que están escribiendo sobre el Papa León XIV, hacen referencia a su predecesor León XIII, señalando varias similitudes, que el mismo Papa ha refrendado, y que nos permite presagiar que León XIV sería el Papa de la Unidad.

Resulta que este Papa es americano y con años de trabajo y experiencia en el Perú, lo que le ha permitido conocer bien la idiosincrasia de estas tierras hispanoamericanas.

A principio de este año, que es el año de la esperanza, estuve en España promoviendo la película de Santo Toribio de Mogrovejo.

Hace 12 años el Papa Benedicto XVI le dijo al arzobispo de Lima, ¿a ver que haces con Santo Toribio? Decía el Santo Padre que había que dar a conocer a Santo Toribio porque él era el Carlos Borromeo de América.

Efectivamente Santo Toribio trajo a las tierras americanas, y especialmente a la diócesis de Lima, el concilio de Trento, que era de la contrarreforma, para aclarar la doctrina católica de la confusión que había surgido por la reforma de Lutero.

El toque latinoamericano que tiene León XIV, lo hace muy hábil para que se produzca en este continente una reevangelización, como la que hizo Santo Toribio el siglo XVII recorriendo, a lomo de mula, con el Evangelio, el catecismo, traducido al quechua y al aimara, y con los sacramentos, el extenso territorio que le tocó, para evangelizar y confirmar, a todas las personas que podía. Fue un hombre que salió a las periferias para llevar la Palabra de Dios hasta el último rincón. 

Los católicos españoles me decían hace unos meses, que había llegado la hora de los hermanamientos en Hispanoamérica, para borrar las leyendas negras, que las habían tejido durante años los enemigos de la Iglesia, y que más bien había que resaltar la evangelización que hicieron los santos que predicaron en estas tierras con mucho sacrificio y dando sus vidas para que todos conozcan los evangelios y puedan vivir una auténtica vida cristiana de amor a Dios y a los demás.

Estamos en unos tiempos similares. El Papa León XIV habla de los desafíos que tenemos frente a la Inteligencia artificial y ante las ideologías que se han olvidado de Cristo y que lo tienen simplemente como un líder más y no como el Hijo de Dios.

Santo Toribio aclaró las cosas dando muchas luces a todas las personas, al clero, a las autoridades civiles y al pueblo. Su labor fue impresionante.

El Papa León XIV es devoto de Santo Toribio, el fue Gran Canciller de la Universidad Santo Toribio de Mogrovejo de Chiclayo.

Hoy, quienes estamos promocionando un largo metraje del santo, con "Goya Producciones" estamos fomentando, con varias universidades, que se diseñe "el camino de Santo Toribio" para las peregrinaciones, algo semejante al "camino de Santiago" en España.

Urge recristianizar nuestro continente y el mundo entero. Este Papa tiene esa misión. Todos lo acompañamos con nuestra oración y una acción similar a Santo Toribio para llegar a todos con la claridad de la doctrina.

Los Caminos de Santiago y de Santo Toribio, son caminos que llevan a Dios. Los santos nos llevan a Dios y Dios nos quiere santos. Es por eso que necesitamos de los Sacramentos.

Ahora León XIV, y todos nosotros, con la intersección de Santo Toribio y León XIII, pediremos con fuerza a San Miguel Arcángel que "arroje con su Divino poder a Satanás y a los espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas"

En el año de la esperanza vendrán tiempos nuevos, tiempos de luz y de unidad dentro de la barca de Pedro.  (P. Manuel Tamayo).

jueves, abril 24, 2025

TORIBIO ACUDE ANTE LA VIRGEN EN SAN BENITO Y LE CURA DEL “LOBANILLO”

TORIBIO ACUDE ANTE LA VIRGEN EN SAN BENITO Y LE CURA DEL "LOBANILLO"

 

Corre el año 1550, Toribio cuenta con 13, y acude a Valladolid para estudiar la Gramática y  Derecho hasta 1560. Diez años en Valladolid, en ese momento "corazón del mundo hispánico",  cuna de Felipe II, punto de partida para el viaje eterno de Colón, la ciudad que acogió a Cortés para dar a conocer su nuevo mundo -el azteca-, foro de la polémica Las Casas-Sepúlveda y promulgación de las Leyes Nuevas, asiento del Consejo de Indias, el Abrojo, de donde salió el P. Antonio Ortiz como Comisario de la orden franciscana según el espíritu reformador de san Pedro Regalado, y donde fue prior el obispo de México, Zumárraga; la Chancillería, tribunal superior de Justicia para todo el norte de la Península, y desde donde saldrán numerosos documentos para el virreinato; don Pedro de Lagasca - pacificador del Perú, luego obispo de Palencia - quien funda la iglesia de la Magdalena. Del Colegio Mayor de San Gregorio saldrán los más selectos misioneros dominicos como aquellos que Fray Domingo de la Parra pedía a Felipe II "y que sean de Castilla porque están criados en más sujeción y religión". Aquí estaba el colegio san Ambrosio -hoy Santuario Nacional de la Gran Promesa- de donde salieron varios jesuitas que luego ayudarían

 

Parece ser que santo Toribio pudo estudiar el Arte y vocabulario quechua[1] en España o en la propia travesía marítima, ya que fue publicada por Fray Domingo de Santo Tomás en Valladolid en 1564.

 

Sin duda que en estos diez años (1550-1560) de estancia en Valladolid, tuvo motivos para soñar con América. Iba a rezar a San Benito ante la Santísima Virgen del Sagrario que le curó de un doloroso "lobanillo" según relata León Pinelo por el testimonio más directo de su sobrina Mariana de Guzmán y Quiñones.

 

En 1659, a los 80 años, testifica en el proceso de beatificación, que es de Granada, hija de Francisco de Quiñones y Grimanesa Lazo de Mogrovejo, viuda del señor Don Juan de Loaysa y Calderón, de la Real Audiencia de Lima y que trató directamente a su tío arzobispo en Lima. (417-519) "oyó decir esta testigo a la dicha su madre y al maestre de campo don Antonio de Quiñones su hermano difunto, caballero que fue de la Orden de Alcántara, que estando estudiando el dicho Siervo de Dios en Valladolid que entonces era villa y ahora es ciudad, estudiando la gramática".

 

La sobrina acompañó al prelado en la travesía atlántica y convivió con él en la casa arzobispal durante toda su vida, de ahí que cuente que "este mismo suceso ha oído decir a otras muchas personas" por lo que nos brinda detalles significativos que publico en su totalidad:

 

" le nació en una mano un lobanillo y le creció hasta ser este tamaño de una manzana  de suerte que le impedía el libre ejercicio de la mano y el dicho Siervo de Dios se afligía mucho de ello pensando la deformidad del dicho lobanillo le seria de estorbo para ser de la iglesia que era lo que más deseaba y habiendo hubo muchos remedios humanos, sin conseguir la sanidad que deseaba se acogió a los remedios celestiales y así se fue a la iglesia de Nuestra Señora del Sagrario que es una imagen de gran devoción que está en la dicha villa y habiendo confesado y comulgado mando decir una misa y la oyó en el mismo altar y en el discurso de ella se estuvo haciendo cruces sobe el dicho lobanillo y en acabando que se acabó el ultimo evangelio se halló sin él, sano como si no hubiera tenido hinchazón alguna y jamás le volvió dando gracias a la Virgen Santísima por el gran beneficio que le había hecho y que este suceso se lo contaban a esta testigo los susodichos madre y hermano por caso milagroso que Dios obró en comprobación de la piedad y devoción del dicho siervo de Dios en aquellos sus primeros años"[2]

 

Esta antigua imagen era titulada como Virgen de las Angustias, siendo la primera que recibe esa advocación en la ciudad, aunque posteriormente recibió también el apelativo "de la Pasión". La imagen es de un material calcáreo, que podría vincularla con el centro de Europa.

La imagen -fechada entre 1406-1415-  llegaría al cenobio por donación de Juan II y a instancias de Sancho de Rojas, obispo de Palencia, y posteriormente de Toledo, quien mandaría construir un retablo para dicha imagen y una capilla en el monasterio.

 

Se veneraba en la capilla de Nuestra Señora del Sagrario[3] en el Monasterio benedictino de San Benito.

Parece ser que en 1588, la ubicación de la imagen genera un conflicto entre los patronos de la capilla  de Fuensaldaña y los monjes del monasterio, al haber sido traslada la imagen desde su capilla del claustro a un retablo en el interior del templo.

La talla fue requerida por el rey Felipe III en 1603 con motivo del parto de la reina Margarita de Austria, cuando la Corte se instaló en Valladolid. Para ello, sería trasladada con toda solemnidad, acompañada de los monjes hasta el palacio real.

En el siglo XIX, al igual que los demás bienes del convento, fueron desamortizados y depositados en el Museo Provincial de Bellas Artes. Actualmente se puede visitar en el Museo Nacional de Escultura en Valladolid[4].



[1] Grammatica o arte de la Lengua General de los Indios de los Reynos del Perś por el Maestro Fray Domingo de Santo Tomįs, O.P. Estudio introductorio y notas por Rodolfo Cerrón-Palomino, CBC, Cuzco 1995 LXVI+179 pp

[2] Archivo Arzobispal de Lima. Causas de Procesos de Beatificación y de Canonización. 1-A Segundo cuaderno de los autos e informaciones originales en la Causa de la Beatificación y Canonización del Venerable siervo de Dios Don TAM, 1656-9, 548 pp.

[3] No confundir con la célebre del mismo nombre, albergada en una capilla de la Catedral: https://gloriasdevalladolid.blogspot.com/2012/03/nuestra-senora-del-sagrario-sim.html

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