MACATE.
Por gentileza del P. Jaume Benaloy les comparto la bella pintura de Macate. Fue destuida por el terremoto de 1970 y felizmente restaurada, tal como la ven.
Cuentan las crónicas que el Santo "al ver que las buenas tierras se quedaron sin agua, rogó por los habitantes del lugar, e inspirado por Dios subió a una altura a media legua del pueblo. Allí, revestido de pontifical, golpeó cual otro Moisés con su báculo tres veces las rocas, y de ellas brotaron tres brazos de agua cristalina que hasta ahora da vida, verdor, lozanía a aquella región".
1. El P. Santiago Márquez Zorrilla en Santo Toribio de Mogrovejo, Apóstol del Perú. Huaraz, 1970. p.76. Añade:
"Este hecho no sólo está autenticado por una tradición constante en el pueblo, sino también porque en la festividad de Santo Toribio, cada 27 de abril, se repite, en el mismo lugar del milagro, el gesto del Santo. Hay además en la iglesia de Macate una pintura que reproduce la escena, mandada pintar por el cura de Huaras, Julián Morales".
2. Según cuenta C. García Irigoyen en Santo Toribio I, Lima 1906, p.43, a media legua de la villa, hacia el este, existe esta fuente conocida como la del Milagro, donde existía un pequeño santuario. La tradición recoge que tras los tres golpes con el báculo, brotaron tres chorros de agua que corren en forma de cruz; el derecho riega la estancia de Rocotay, el izquierdo la villa de Macate y el centro corre de este a occidente por la quebrada denominada del milagro. La tradición se recoge en un lienzo de 1,25 m x 1 m, pintado por el artista Melchor Sánchez el 28 de abril de 1829 a pedido de don Julián de Morales, cura de Huarás, y que hoy se guarda en la iglesia parroquial.
Posteriormente el pintor Miniano reprodujo el cuadro en las paredes de la iglesia de Macate.
3. Sergio A. Guibovich del Carpio Macate a través de la historia Lima 1988,
Fue destruido por los terremotos de 1970. En su pie estaba la siguiente leyenda:
"habiendo llegado con su visita el glorioso ST Arzobispo de Lima a este pueblo de Macate, el cura con todos sus feligreses, hicieron presente al santo arzobispo, estar resueltos a desamparar este pueblo y trasladarse al de San Blas, porque no tenían agua con qué sostener la vida, pues el chorro que les fomentaba, se había secado de tal modo, que ya no corría, si no goteaba y que para beber un poco de agua era necesario andar dos leguas. Compadeciéndose el caritativo prelado de estos desgraciados macatinos, y mandó compusiesen un altar al pie del chorro para ofrecer el santo oficio de la misa, al Dios de las Misericordias y conducido éste, despue´s de echar la bendición al pueblo, volvió la cara al peñasco y dándole con el báculo tres golpes, mereció sacar esta fuente abundante agua viva y saludable, para provecho y alivio de todos los vecinos de esta población".110
DOS TESTIMONIOS DEL PROCESO DE BEATIFICACIÓN
Ambrosio de la Serna: Yendo el siervo de Dios don Toribio en prosecución de su visita, llegó al pueblo de San Luis de Macate (provincia de Santa), doctrina de religiosos de Santo Domingo… Y como supiese que los indios del pueblo querían desamparar aquel sitio, por no tener agua constante, así para su sustento como para regar sus chacras, y pasarse a poblar en otro lugar que se llama San Blas, una legua más abajo, el cual sitio era de mal temple y dañoso a la salud; y viendo aquello el siervo de Dios, les dijo a los indios del dicho pueblo que lo encomendasen a su divina Majestad.
Y mandó que a un cuarto de legua de adonde antiguamente había habido un puquio o manantial, que estaba ya seco, que allí hiciesen un altar de piedra, que hasta el día de hoy dura, porque quería allí decir misa y pedir a Dios su remedio.
Y en esta conformidad, habiéndose hecho el dicho altar, fue el siervo de Dios al sitio, adonde dijo misa. Y habiéndola acabado, echó una bendición sobre el lugar adonde antiguamente había estado el dicho puquio o manantial, y luego instantáneamente salió gran cantidad de agua, que ha durado y dura hasta el día de hoy, en tanta cantidad y tan copiosa que con ella muele un ingenio de plata y un molino de harina, y se riegan con gran abundancia las chacras de los indios.
Lo cual este testigo, que se halló presente, y los dichos su padre y licenciado Benito de Villafane y otros muchos indios, de cuyos nombres ahora no se acuerda, todos difuntos, lo tuvieron pormilagro notorio que Dios Nuestro Señor había sido servido de obrar por mérito de su siervo don Toribio, para consuelo de aquellos pobres indios y en comprobación de la santidad del dicho siervo de Dios don Toribio
Juan Messía de Estela recuerda sobre este prodigio: Dijo misa y, acabada, echó su santa bendición sobre el sitio e hizo quebrar un pedazo de la peña, de donde debajo de ella solía salir la pocaagua, y luego al punto comenzaron a salir muy copiosos manantiales de agua, que duran perennes hasta el día de hoy. El cual sitio ha visto muchas veces este testigo y bebido agua de esta fuente .
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